"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

lunes, 28 de diciembre de 2015

"Quiero todo esto."

Cada fin de semana, al volver a casa después del entrenamiento o de una competición, escucho en el coche el mismo programa de radio, “Tot es comedia” un programa sobre cultura de la cadena SER y presentado por la periodista Rosa Badía . En cada edición se cierra el programa de la misma manera. Un personaje famoso de la cultura, actor, escritor, director de cine, etc… hace su propio poema basado en el de José Agustín Goytisolo titulado “Quiero todo esto”. Para quién no lo conozca es un poema donde el autor plasma todo aquello que quiere en la vida y en su vida con una visión actual, crítica, humorística, comprometida, etc… http://www.viulapoesia.com/pagina_2.php?itinerari=26&tipus=2&subtipus=2&idpoema=351
De tanto oir siempre el mismo final de programa, hace tiempo que me propuse hacer mi propio “quiero todo esto” y evidentemente centrado en nuestro mundo particular. Hoy ha llegado el día que me atrevo con ello y espero no defraudar a mucha gente, y si sorprender, explicando que es lo que yo “quiero”. Allá voy!

Quiero correr.

Quiero correr, mejor, quiero volar, pero sobre la pista.

Quiero entrenar y superar aquello que hice de joven.

Quiero que mis ídolos vuelvan a entrenar y quiero entrenarlos.

Quiero una final Olímpica de milquinientos de ensueño.

Quiero ver en esa final a Bannister, Landy, Haeeg, Elliot, Snell, Ryun, Walker, Keino, Ovett, Cram, Coe, Aouita y El Guerrouj.

Quiero que la gane el mejor y que sea yo quien decida quien lo es. Quiero correr esa final también!

Quiero ser el fotógrafo de la famosa foto de Seb Coe en Moscú con 4 brazos, y la del niño rogándole un autógrafo a su ídolo, en Oslo.

Quiero ser quien le regaló a Steve Ovett su mítica camiseta de la URSS y quien regaló su famosa gorrita a Dave Wottle.

Quiero que cada 6 de mayo retransmitan la Milla en la que Bannister bajó de 4 minutos. Y que se hagan tertulias y debates sobre la carrera.

Quiero ganar la Dream mile de los Bislett’s Games. Y al año siguiente que la gane uno de mis atletas. Y al siguiente, porque no? Repetir!

Quiero hacer el circuito europeo verdadero. Quiero correr en Oslo, Zurich, Bruselas, Coblenza, Berlín, Niza, Turku, Estocolmo y en el Crystal Palace.

Quiero también ser un “finés volador”. Quiero ir a Volodalen con Olander y hacer dunas con Cerutty en Port Sea. Quiero correr en hierba con Lydiard.

Quiero volver el tiempo atrás y rehacer ciertas “deudas pendientes” y merecedoras.

Quiero que Jorge Gonzalez Amo sea el primer español sub 3:40 en 1500.

Quiero ver ganar al “Taca” Prieto un mundial de cros.

Quiero que Carme Valero, sea campeona del mundo de cros el mismo año que campeona olímpica. 

Quiero que ese año sea 1976.

Quiero ver a Mariano Haro girar la vista atrás y ver a todos sus rivales en la final olímpica de los 10.000 metros.

Quiero burlarme de todos los dopados. Quiero que sepan que son un fraude, quiero que desaparezcan del mundo del deporte.

Quiero que salgan todos los nombres del presente y del pasado y poder decirles bien alto y a la cara “SOIS UN FRAUDE” sin sentirme el culpable yo y las victimas ellos, como ocurre ahora.

Quiero que me acompañen para decirles eso, TODOS los atletas españoles.

Quiero que el señor Odriozola se dé cuenta del atletismo irreal que vivimos en el pasado reciente. 

Quiero que pida perdón y que diga en voz alta quien fue tramposo.

Quiero apartados también a todos aquellos que hicieron posible esa gran trampa.

Quiero que los managers, aparte de números, sepan a quien realmente representan.

Quiero que los beneficios de las grandes marcas deportivas se inviertan en ayudas a los atletas. 

Quiero que eso ocurra con TODOS los beneficios.

Quiero una pista de atletismo en cada pueblo de este país. Quiero ver a muchos niños y niñas corriendo.

Quiero una pista también en todos los bosques, escondida entre los árboles.

Quiero que las avenidas y calles de todas las ciudades estén reservadas únicamente para correr o caminar.

Quiero atletismo en todas las escuelas, y por qué no, en todas las residencias de la 3ª edad.

Quiero correr con lluvia, frío, calor y en todas las condiciones y ser inmune. Quiero disfrutar siempre del paisaje y del camino y no pensar en que puedo enfermar por no estar bien abrigado.

Quiero ver erradicadas las lesiones, las enfermedades, las anemias y todo aquello que hace parar a gente sacrificada. Quiero que aunque sean cosas imposibles, ocurran.

Quiero entrenar lo mejor que sé y que mis atletas se dejen entrenar así, con esa oportunidad.

Quiero soñar, quiero trabajar, quiero conseguir, si, hablo de bajar de 2 minutos en 800…y de 1’45 también. Quiero poder otorgar sueños como ese a atletas ellos….y atletas ellas!

Quiero que haya llegado la hora de explotar y conseguir ese sueño llamado dos vueltas.

Quiero seguir enamorado por los años de los años de los ochocientos metros.

Quiero batir el record del mundo de mi distancia favorita cada día durante los próximos 10 años. No, mejor durante los próximos 15.

Quiero ver correr una carrera durante 1 minuto, 39 segundos y 99 centésimas. Ni una más ni una menos. Quiero poder contarlo y exagerar lo que he visto.

Quiero implantar en el mundo el día mundial de los ochocientos metros! Y también el del milquinientos! Quiero que esos dos días, la humanidad entera corra esas distancias.

Quiero ser diseñador de pistas y caminos. Quiero darles a todos los atletas la oportunidad de tener su propio paraíso.

Quiero agradecimiento, quiero solidaridad, quiero sacrificio, quiero gratitud, quiero limpieza. Quiero que se asocie esas palabras a la palabra “Atleta”

Quiero disfrutar del camino por encima de las marcas. Quiero erradicar el egoísmo, la rivalidad y el egocentrismo.

Quiero una verdadera medalla de oro a cada último clasificado de una carrera. Y un aplauso de todos sus rivales a su llegada a meta.

Quiero que todo el mundo felicite antes a quien no gana, a quien no se supere, a quien no le fueron bien las cosas, antes que al que tiene la gloria del triunfo.

Quiero jornadas laborales de 20 horas semanales para que todos los runners puedan preparar sus maratones preferidas.

Quiero que todos mis "ruteros" mejoren por lo menos en 15 minutos su marca personal en cada maratón que hagan. Y quiero que sus cuñados se mueran de envidia.

Quiero que al nacer, a todos nos regalen un chip amarillo.

Quiero que el himno de todos los países sea “Carros de fuego” de Vangelis.  O en su defecto, el himno Olímpico.

Quiero hacer un monumento a cada entrenador .  Quiero que se les pague como a un ejecutivo, como a un banquero,  con la diferencia de que ellos si son íntegros.

No quiero plantar un árbol, ni escribir un libro, quiero algo que llene mucho más. Quiero correr un maratón!

Quiero, quiero, quiero…quiero que estén todos ustedes….preparados! listos! Ya!



jueves, 10 de diciembre de 2015

La vida es un ciclo que se repite. Vuelta al principio de la historia.

La vida es un ciclo que se repite cada cuanto, siempre volvemos hacia nuestros pasos de manera renovada, eso sí, pero todo siempre vuelve a empezar. El atletismo que practico junto a mi grupo de entreno no se salva de esta permanente rueda y veo con inusitada ilusión como de repente he vuelto al principio de toda esta historia ante la aparición de un pequeño grupo de increíbles y jóvenes atletas de muchísima calidad que, día tras día, en entrenamientos y competiciones sorprenden con sus prestaciones.

Como mi lugar de trabajo natural se sitúa en un club de ciudad, trabajo con atletas a partir de edad cadete y algún infantil que ya se empieza a decantar por las pruebas de resistencia. Por tanto el grupo, aunque es homogéneo en las pruebas que entreno, es bastante heterogéneo en las edades de todos sus integrantes. El grupo lo componen niños y niñas entre los 13-14 años hasta los veintilargos y algún treintañero y somos 28 atletas en total. Las distancias de entrenamiento van desde el 600 hasta la maratón, por tanto cada día, cada uno trabaja su sesión dependiendo de la distancia que entrena y su edad. Eso hace que las sesiones estén bastante individualizadas y sea común estar controlando 5, 6 o 7 tipos de entrenamientos, cada uno con sus matices e individualidades, a la vez.
El salto de calidad de este grupo de entrenamiento apareció hace ya unos 10 años con la irrupción de un pequeño grupos de chicas en edad cadete y ya una experiencia acumulada con varios años como entrenador,  que nos llevó a conseguir medallas a nivel estatal e internacionalidades en categoría junior, promesa e incluso absoluta. Esta dinámica supuso una apuesta en mí y en mi dedicación a nuestro deporte y generó toda una serie de vivencias que nunca imaginé poder vivir. Sin embargo, sin haber acabado aquel proyecto, ya que pretendemos llegar a lo más alto que se puede llegar, los grandes campeonatos, este pequeño grupito de 6 atletas en categoría femenina ha surgido desde abajo, desde nuestra escuela de atletismo con una fuerza que ilusiona una vez más por las posibilidades que se presentan en el futuro.

Ya no es por la calidad demostrada en cada entrenamiento, ni tampoco por las prestaciones en competición, sino por algo que no pasó en su día con ese anterior grupito, y es la dinámica que estamos aplicando en cada sesión de entreno. Las chicas están subiendo aplicadas y maduras. Aplican con  una responsabilidad fuera de lo normal para su edad las instrucciones que reciben de mi parte hasta en los pequeños detalles, como simplemente la vuelta a la calma ordenada al final de las sesiones. Desde el inicio de temporada, puedo aplicar de manera organizada todo lo que me había propuesto. Hasta las sesiones más duras parecen realizadas por atletas veteranas y no por novatas que ven una estructura de entrenamiento especifica a unas pruebas por primera vez.

Lo que explico no quita que trabaje con adolescentes de 14 añitos, con todas sus inquietudes propias de su edad, pero donde esperaba “guerra” en todos los sentidos, me estoy encontrando con verdadera responsabilidad, una grandísima y muy buena sorpresa que no esperaba al empezar la temporada, no así la calidad del grupo que ya sabía que era alta. La consecuencia de todo esto es la calidad de los entrenos que realizamos. Podría asegurar que he conseguido hacer el 95% de las sesiones previstas sacando alguna corrección que he debido hacer por las competiciones del calendario, pero es que incluso no he debido suspender sesión alguna por enfermedad, rarísimo de ver en estas edades donde cuidarse es algo que no forma parte en ningún momento de sus vidas desorganizadas.

Donde llegaremos es una incógnita aún, pero lo que si vemos a día a día es superación de aquello que teníamos registrado hasta el día de hoy, que ya era importante. No deja de ser ilusionante ver y comprobar que aquello que parecía irrepetible, vuelva a mostrarse incluso mejorado. Ahora es el turno de trabajar, sumar, corregir errores con la experiencia previa de haber pasado por aquí y disfrutar de todo aquello que tenga que venir, éxitos y fracasos incluidos. 


jueves, 3 de diciembre de 2015

Especialista en los atletas que entrenamos.

Siento que la  “futbolización” está llegando al atletismo, o al running, como prefieran..….y pretendo escapar de ella! Las redes sociales han sido implacables y hoy día, aparecen especialista por todos lados. Estamos “on fire”, el running es tendencia y se nos bombardea constantemente con cientos de mensajes relacionados con la preparación de un corredor. Digo la futbolización porque parece que ahora  cualquiera es capaz de entrenar a un corredor, cualquiera es capaz de entrenar a un deportista dispuesto a correr cualquier tipo de distancia. Los planes de entrenamientos han conquistado la red y las publicaciones afines a nuestro deporte. Incluso, más que nunca, aparecen colegas de profesión que a través de las redes sociales nos inundan de artículos divulgativos, técnicos o sentando teoría propia, proclamando verdades absolutas que muchas veces, demasiadas, no lo son tanto. He visto más de una vez enzarzarse en una discusión sin sentido a alguno creyendo ser poseedor del santo grial de la teoría del entrenamiento y experto en fisiología del ejercicio. ¿De verdad que hay la necesidad de querer adoctrinar para promocionarse?

Yo, modestamente con mis conocimientos, prefiero seguir con una formación íntima sin tener que decirle a nadie de la perfección de lo que hago o de mis ideas, asumiendo totalmente mi imperfección en la materia. Harry Wilson, al que tanto recurro muchas veces (no en el plano técnico, pero si en sus mensajes), decía con mucha razón que solamente eramos expertos de los atletas que entrenabámos,  y es una gran verdad, ya que cada individuo es absolutamente diferente a otro, y no refiriéndome fisiológicamente,  sino emocionalmente y en la realidad del día a día en su proceso de entrenamiento.

Yo me siento, como siempre me comenta un colega catalán al que le están yendo muy bien las cosas, un entrenador de a pie de pista. No me siento con la inquietud de teorizar ni de adoctrinar deportivamente a nadie, solo a mis atletas, que, evidentemente, reciben de mi los mensajes de cómo yo veo y siento este deporte. Un entrenador a pies de pista que cada día se encuentra con el verdadero atletismo que se realiza en cualquier rincón del país, un atletismo que no trata de aplicar, por encima de todo, la última tendencia en entrenamiento de resistencia (en mi caso), sino un atletismo que intenta gestionar las emociones de cada uno de mis atletas en su proceso de entrenamiento diario. Por que lo que día a día debo gestionar, no es el sistema que aplico, no es la última moda de trabajo de potencia aeróbica impuesta por algún gurú y publicitada a través de las redes sociales o en gimnasios por quien sea, sino los factores externos e internos que afectan a cada atleta que entreno para que pueda desarrollar su sesión. Yo día a día tengo que luchar para que mis atletas HAGAN una buena sesión de entrenamiento, estén satisfechos con ella, y estén motivados con su estado de forma. Debo gestionar las emociones de aquellos que están lesionados, debo motivar a aquellos que se sienten inseguros, debo comprender a aquellos que se caen y ayudarles a levantarse, y debo apoyar a aquellos que con problemas personales se les hace una montaña superar el entrenamiento, pero que con una voluntad envidiable siguen día a día entrando a las pistas donde entrenamos cada tarde.  
No sé si en otras partes del país mis colegas de profesión entrenan máquinas, pero lo que yo me encuentro cada tarde son personas que se escapan de la aplicación fría de la teoría del entrenamiento y la verdadera tarea es otra muy diferente, gestionar emociones, “coachear” a mis atletas, con mis conocimientos técnicos aplicados a su realidad diaria.

Quizás nunca tenga algo realmente interesante que decir a nivel técnico en público, pero no es ese mi objetivo. Mi idea de entrenador es radicalmente opuesta, es estar a pie de pista, donde realmente no solo se pueden aplicar las ideas que uno lleva dentro, sino que, plagado de cientos de factores diferentes cada día, uno aprende a ejecutarlas para conseguir lo mejor que lleva dentro  cada uno de los atletas que dirije.  




lunes, 23 de noviembre de 2015

Construir.

No hay nada que me motive más que construir un atleta. Empezar de cero, con el talento que atesore, sea poco o mucho y marcar unos objetivos en el tiempo y ver a través del trabajo planteado, el sacrificio de ese atleta y como va superándose semana a semana, realmente hace que este trabajo tenga pleno sentido y me llene.

Construir a atletas con un talento increíble, construir atletas que al empezar solo pueden poner de su parte toda la dedicación que haga falta porque no son talentosos, construir sobre las ruinas que dejaron otros haciendo un doble trabajo, en lo físico y en lo mental, solo son algunas de las maneras de construir que me he enfrentado estos últimos años.

Las situaciones que realmente más me llenan como entrenador son dos. Por un lado, me parece fascinante crear, formar, como atletas y personas, a niños y niñas surgidos de una escuela de atletismo. Ver crecer a esos peques, verlos madurar y ver como cada uno desarrolla su personalidad, con sus defectos y aciertos, y verlos crecer atléticamente es una experiencia altamente recomendable, a pesar de que muchas veces no todo sale como uno lo tenía planeado. Por desgracia, en la adolescencia, el índice de abandono de la práctica deportiva es realmente alto y perdemos muchísimos talentos naturales, lo cual es una verdadera pena. Mi trabajo es intentar evitarlo y que nuestro deporte llene su juventud con algo realmente motivante.

Por otro lado, me siento muy valorado cuando delante me encuentro a un atleta que siento que confía plenamente en mí y te das cuenta día a día que deposita todas sus esperanzas en mí como entrenador y como responsable absoluto de su sueño de correr cada vez más. Sentirme ser escuchado, ver ejecutar las sesiones de la manera que se ha planteado como equipo, ver la transformación del atleta y su mejora, y sentir el agradecimiento por el sacrificio realizado y el tiempo invertido, es un sentimiento de completo éxito y satisfacción personal. Tantas veces me he sentido realizado por atletas que han conseguido marcas modestas, pero que se han superado por lo anteriormente descrito…
Si junto el ejemplo anterior a alguien con verdadero talento, simplemente se llega al éxito. Es la única manera que entiendo para llegar y me llena tanto como con lo conseguido por atletas más modestos, con la única salvedad de las experiencias vividas. Ganar medallas, internacionalidades, viajar, etc…son experiencias que ayudan a luchar por un sueño con tus atletas y batallitas emocionantes para contar dentro de unos cuantos años.

Paralelamente a estas dos sensaciones, también algunas veces he recibido atletas que no habían estado bien preparados y sufrían una situación de desmotivación importante. Recuperar a este tipo de atletas, recuperar su confianza y autoestima, explicarles porqué estaban sumidos en esa situación es una tarea complicada pero supone un reto personal. Muchas veces este tipo de atletas se autoinculpan por creer que no tenían la calidad que se les suponía, sin darse cuenta de que realmente era muy difícil rendir tal como trabajaban. Explicarles la situación y pedirles un voto de confianza hacia ellos mismos para trabajar duramente una vez más, y que confíen en tu mensaje, es otra tarea que llena de satisfacción.

Evidentemente que también hay la otra cara de la moneda. No siempre te encuentras con una actitud positiva delante. Muchas veces trabajo con atletas que no ponen la predisposición necesaria para escuchar, para trabajar con sentido común. Entrenan por inercia y sus resultados van acorde a su organización. Le dan vueltas a su situación sin comprender que su actitud y su manera de actuar son el principal factor limitante de su rendimiento. Son los atletas “No se…” , nunca saben nada ni están dispuestos a reflexionar, únicamente trabajan por inercia creyendo que es la única condición existente para correr.
También, en la misma línea, me encuentro a atletas que en diferentes matices no me dejan ejercer al 100% mi función como entrenador. Dicen conocerse mejor que nadie y toman sus propias decisiones al margen de la opinión técnica. Como no estoy aquí para pelearme con nadie, sino para disfrutar de nuestro deporte y aprecio a todos los atletas que entreno y he entrenado, lo tolero explicándoles, eso sí, que no soy responsables de según que resultados. Generalmente están influenciadas por otras personas externas al equipo técnico, consultan otras personas sin avisarme antes y solo después, a veces, me lo comentan. Casi siempre sus casos están enredados por una mezcla de mis opiniones, sus propias decisiones y la opinión de gente externa. No puedo ejercer claramente mi responsabilidad como creo que debería hacerlo, siendo responsable del 100% de las decisiones técnicas, la única manera factible que veo para salir adelante. Estos son los casos más claros de todos: están abocados a no conseguir sus objetivos al 99,9% de los casos.

Cuando trabajas como entrenador de club intentando hacer un trabajo serio, sueles encontrarte con ejemplos como los descritos anteriormente a lo largo de los años. Hay otros, satisfactorios y también desagradables, pero el conjunto de vivencias que suponen todos estos ejemplos marcan un camino en el tiempo altamente recomendable. No dejamos de ser educadores con todo lo que ello conlleva. Educadores de la vida en una vertiente deportiva, ni más ni menos.




viernes, 13 de noviembre de 2015

Jean Jaques Goldman. Inspiración.

No soy tipo de ver esos vídeos atléticos motivadores que ahora circulan por la red, con música con ritmo ideal, imágenes de acciones deportivas sufridas y heroicas, paisajes paradisíacos y frases motivadoras. Yo a mis atletas les envío simplemente alguna canción que con oírla les entren ganas de salir a correr, o vídeos de carreras históricas protagonizadas por los grandes ases de nuestro deporte .

Sin embargo, en mi caso, encuentro la inspiración con un personaje que hace muchos años mi prima Paula me descubrió. “Mirá, escuchá a este tipo” me dijo con el acento argentino característico de nuestra familia. Eran años en que mi familia materna residía en Paris y viajaba allí frecuentemente. Paris para mí es como Barcelona, la conozco suficiente para recorrer  todos aquellos rincones no turísticos e increíbles que guarda con celo la capital francesa. De hecho, la última vez que fui a una competición, hace años, del aeropuerto de Orly escogí expresamente la línea de metro que desemboca en el Sena entre las paradas de Bir-Hakeim y Passy para llegar a la ciudad. En ese punto el metro sale del subsuelo un par de paradas antes y pasa por encima del río y no por debajo. Situé a mi acompañante de manera estratégica y cuando empezamos a pasar por el río le dije “gírate!”. Y allá estaba ella, majestuosa. Lo primera imagen que vió mi acompañante cuando llegó a Paris fue la Tour Eiffel, esplendorosa en el borde del Sena! Mis años de visita a la familia eran los años de mis rodajes por el Bois de Boulogne dando vueltas por el Lac inferieur, de mis series en la pequeña pista de 6 calles del Stade Jean Bouin, donde José Luis Gonzalez ganó a Seb Coe en el verano del 83 en el meeting de Paris. Eran años del Cross du Figaró, el más importante que se celebraba en Francia, donde disfrutaba viendo correr a los mejores crosistas franceses de la época, los Jacky Boxberger, Thierry Watrice, Jean-Louis Prianon , Pierre Levisse o el belga Vincent Rousseau entre otros (para quien no lo sepa, el creador del famoso circuito del Pla de la Calme, a más de 2000 metros de altura en Font Romeu, donde hoy en día los grandes atletas europeos realizan sus rodajes cuando acuden de concentración allí) . Eran los años donde me compraba siempre mis zapatillas de clavos en la tienda Adidas de la rue Royale, entre la rue du Faubourg Saint Honoré y la place de la Madeleine.

Y ese tipo que un día me dió a escuchar mi prima, era, es, Jean Jaques Goldman. Desde entonces lo tengo entre mis principales preferencias a la hora de escuchar música. Goldman es un ídolo de masas en el país vecino y muy, muy poco conocido al sur de los Pirineos. Ha vendido más de 30 millones de discos y fue elegido recientemente como el personaje preferido y con más influencia de toda Francia. Para poner una similitud (aunque sea lejana) con un artista español contemporáneo suyo, podríamos decir que Goldman es el Miguel Bosé francés, pero con ciertos matices. Menos glamouroso, menos pop y mas cantautor y sobre todo, más comprometido en sus letras, pero como Bosé, capaz de arrastrar a un concierto a abuela, madre e hija de una misma familia. Jean Jaques Goldman tiene una singular manera de actuar en sus directos, apenas se mueve en el escenario, no baila, camina por él e interactúa sin parar con su publico, improvisa y cambia las letras de sus canciones y hace participar a un público entregado de un espectáculo sobrio pero de mucha calidad musical. Por desgracia, hace ya bastantes años que dejó de subir a un escenario, y sus apariciones son escasísimas y generalmente colaborando para otros artistas.

Para muestra de lo que es, os enseño este video con el inicio de un concierto de la última gira que realizó, hablamos del año 2002! A pesar de eso, sigue siendo un personaje muy importante en el país vecino.



En mi caso particular, siempre inicio mis sesiones de running o cuando me dispongo a trabajar y busco inspiración, con la misma canción, “Ensemble” (“Juntos” en castellano), y aunque la letra nada tenga que ver con el deporte, me gusta el mensaje central del estribillo, que dice asi:
“Je ne me souviens que d’un mur immense, mais nous ètions ensembles, ensembles nous l’avons franchi » (« solo recuerdo a un muro inmenso, pero estábamos juntos y juntos lo superamos”) Lo cual me inspira sobremanera sobre la idea de la dificultad de superarnos y de conseguir nuestros objetivos y de la importancia de conseguirlo en equipo, “juntos”!




Como veis, no se trata de música con un ritmo acelerado, no es rock duro, sino un rock/pop tranquilo y con un punto cantautor. Con esto en mis “cascos” no me lanzo a ritmos frenéticos, pero si en cambio me ayuda a correr relajado pensando en mis proyectos y en mis objetivos de manera motivante para mí.

Supongo que todos tenemos nuestros pequeños “tesoros” que nos hacen funcionar y provocan que la inspiración esté presente en todos nuestros objetivos y proyectos. El mío no es importante, es discreto, pequeño y no hace ruido, pero al fin y al cabo, es el que saca lo mejor de mí cuando necesito ese punto de imaginación e ilusión para llevar a cabo todos los proyectos que nos ponemos como reto. 



P.D: Para quien le haya gustado y tenga curiosidad por escucharlo aún más y disponga de tiempo, le dejo el enlace del concierto entero del cual han sido extraídos estos dos vídeos.

https://www.youtube.com/watch?v=ygLnfvFyY5s



martes, 10 de noviembre de 2015

Evaluación tras un nuevo inicio de temporada.

Generalmente, desde que inicio los entrenamientos allá por septiembre hasta que realizamos la primera competición pasan entre 6 y 8 semanas de entrenamiento. Cada temporada, la primera competición me enseña tanto la buena actitud y forma de algunos de mis chicos, fruto de ser aplicados con su trabajo diario, y las carencias que hemos ido acumulando esas primeras semanas de entrenamiento, producto de malos hábitos adquiridos con el tiempo.
Esta temporada no ha sido una excepción y la primera competición ha situado a cada uno de mis chic@s en el sitio que le corresponde por el trabajo y actitud empleado estas primeras semanas.

Por un lado estoy contento ante la aparición de un compacto y bien avenido grupo de atletas jóvenes, en los que la punta de lanza, tres chicas de muchísima calidad, me recuerda a aquellos años en que tres chicas cadetes iniciaron una dinámica que transformaron este grupo de entrenamiento y nos hizo vivir a muchos experiencias que nunca habíamos imaginado que podíamos vivir. Esa dinámica ha provocado tras todo lo vivido, que a día de hoy, los objetivos del grupo sean realmente motivadores e ilusionantes. Junto a estos jovencit@s, otro grupito de atletas, más adultos, entrenan de manera muy seria cada uno por su objetivo día a día. Cuando se pone actitud y se es aplicado en el trabajo sorprende gratamente ver como todo sale rodado y se mejora de una manera importante lo realizado en temporadas anteriores.
Y también, por supuesto, hay el grupo de atletas, que por circunstancias y creencias diversas de cómo se ha de entrenar, pierden oportunidades importantes de dar un salto de calidad y actitud en estas primeras semanas. De todas formas, todos tienen buena dinámica y el ambiente es realmente muy bueno en el grupo. Así como a nivel general todos tienen cosas buenas, como acabo de decir, también es verdad que a veces se impone un pequeño “toque” de atención en forma de charla reflexiva para que se den cuenta que muchas veces trabajamos apalancados en hábitos que pueden quitarnos mejora y progresión en los meses posteriores.

La experiencia me indica que los malos hábitos adquiridos aparecen en aquellos trabajos más fáciles de realizar. Hacer demasiados minutos basuras en las sesiones de resistencia aeróbica, interrumpirla varias veces para sacarse ropa, ir al WC colectivamente, abusar de terrenos no aconsejables por tener demasiados desniveles, provocan de manera contínua que sesiones de 40 a 60’ se transformen en apenas 30’ de rodaje. Otras sesiones afectadas podrían ser los estiramientos dinámicos, el reforzamiento abdominal, la vuelta a la calma posterior al finalizar la sesión, la atención en la ejecución de los ejercicios técnicos…aparte de pautas importantes correlacionadas con el entrenamiento, como la hidratación, el olvido de ropa y material adecuados, etc… No es una norma general, pero si resulta que en una larga lista de atletas de un grupo, algunos tienen una de esas carencias e influencia a otro con la misma manera de ejercer una dinámica, al final, sin ser algo importante, te das cuenta de que a bastantes deberías corregir algún mal hábito adquirido por dejadez.

Después de una primera competición de una nueva temporada es un buen momento para evaluar lo ocurrido en esas primeras semanas y tener una charla colectiva de concienciación para mejorar esas dinámicas individuales, que si se enquistan, corren el peligro de influenciar a todo un grupo de entreno. Y eso es lo que ha tocado hacer también en este inicio, no sin antes poder saborear y felicitar a mis chic@s por los primeros éxitos con los que nos hemos encontrado.



miércoles, 21 de octubre de 2015

Cuando no se es un talento y se sale adelante.

Entrenar en un grupo de atletas con cierto nivel es algo difícil si se es nuevo o no se tiene un talento natural y se ha de suplir esa parte con una muy buena aplicación entrenando.

Una de las tareas más difíciles que llevo a cabo es intentar motivar de manera permanente a aquellos jóvenes atletas que llegan, que son absolutamente válidos, pero se encuentran en un grupo de entrenamiento donde el nivel es bastante alto y su autoestima, por tanto, se resiente al no saber valorar bien su nivel deportivo. Muchas veces, demasiadas para mi gusto,  pierdo la batalla y los chic@s abandonan sin darse una buena oportunidad de demostrarse a si mismos que si valen para correr.

La cuestión es que algunos deportistas que entrenan con soltura, buena técnica y capacidades básicas de resistencia, fuerza o velocidad de buen nivel, sufren a la hora de practicar su deporte, porque, malditas comparaciones, no pueden seguir el ritmo de sus amistades, que con, mala pata para ellos, son capaces de realizar mínimas para campeonatos, de España por ejemplo, a muy temprana edad. Estos deportistas adoptan un papel de “patito feo” que es bastante difícil de corregir y que condiciona absolutamente su entrenamiento deportivo. Supongo que será un problema común en grupos de entrenamientos especializados de clubes de atletismo.

Como el verdadero problema lo tengo en el día a día de los entrenamientos, por encima del resultado de una competición, abordo la cuestión intentando integrar el entrenamiento al máximo posible a esos deportistas en el grupo. Por ello, en vez de individualizar más su preparación, quizás fuera la correcto en la vertiente teórica de la preparación, pero no en la humana,  intento recortar el volumen para que puedan estar más tiempo integrado en el grupo, en la sesión. Así, al final del entrenamiento, ese deportista ha podido sentirse parte del grupo y no un punto y aparte con una preparación separada del resto. Incluso pensando que hay muchas partes comunes que no suponen una fatiga excesiva o una diferencia muy grande de nivel en la realización de la sesión (los calentamientos, el trabajo complementario de técnica, el reforzamiento abdominal, las sesiones de fuerza o velocidad), prefiero que aquellas partes que suponen el grueso de esa problemática (rodajes, ritmos controlados, series fraccionadas, etc) se vean recortadas para que sientan una integración total en el grupo.

Dentro de la dificultad de mantener esos deportistas noveles dentro de nuestro deporte, creo que si conseguimos crear una implicación con el grupo, establecer una disciplina de asistencia a los entrenamientos y logramos que al menos ese “sacrificio” dure una temporada, tenemos bastante ganado ya que la siguiente, con todos los procesos de adaptación realizados nos presentará un nuevo deportista con otro nivel bastante diferente al de la primera temporada, y por consiguiente con nuevos objetivos en el futuro marcados.

También no siempre es así y nos llega un deportista con esas “condiciones” pero maduro, que entiende la situación de tener como compañeros deportistas con mucho talento para correr y que acepta el reto de superarse a través del duro proceso de entrenamiento individualizado. La experiencia me dice que el grado de satisfacción de este tipo de deportistas es incluso mayor que el de los que consiguen mejores logros, ya que valoran el reto conseguido como un triunfo absoluto de su voluntad y capacidad de sacrificio y por el apoyo recibido de la parte técnica.


Ver las mejoras de estos deportistas, en cualquiera de los dos casos, es muy gratificante ya que ver finalmente los resultados de una gestión en lo humano junto a emplear realmente el arte de entrenar, es una de las razones por las que llena y compensa sobre manera nuestra profesión. 





martes, 13 de octubre de 2015

El atletismo es un sueño.

Hace escasos días cumplía sesenta años uno de mis ídolos de juventud, Steve Ovett. Junto a Seb Coe y Steve Cram, los tres fueron protagonistas de mis sueños de joven atleta. Yo quería ser como ellos! Tuve la suerte de dar con un entrenador con bastante inquietud propia y también con la inquietud de transmitir esa pasión por nuestro deporte que el llevaba dentro. En su caso, su ídolo era el neozelandés John Walker, campeón olímpico de 1500 en Montreal 76. Paralelamente, me inculcó la inquietud por entrenar, y por ello, también fueron referentes para mí un par de entrenadores ingleses, donde más que los métodos que aplicaban, me fascinaba su mentalidad y filosofía que transmitían a sus atletas. Eran Harry Wilson, entrenador de Ovett y John Anderson, que transformó a un joven chico con no mucho talento en todo un atleta a punto de romper la barrera de los 13 minutos en 5.000 m.l, Dave Moorcroft.

Esta introducción viene a cuento de que no conozco ni un practicante de nuestro deporte que no haya soñado con ser igual que su gran ídolo y llegar a competir en la más grandes de las competiciones que se realizan, los Juegos Olímpicos. Si, nuestro deporte está hecho y se mueve de sueños y atletas a los que admiramos y quisimos emular de jóvenes.

Mi entrenador era fan de John Walker y de su camiseta negra de Nueva Zelanda! Y me hablaba de ese maestro del fondo y mediofondo europeo llamado Moniz Pereira. Yo lo era de ese trío de ingleses y esos dos grandes maestros. Y una de las personas que más admiro dentro de nuestro deporte, Jorge Gonzalez Amo, siempre me ha hablado de Herb Elliot como el mejor de todos los tiempos, pero también de Snell, de Tummler, de Garderud, de Bedford, de Clark, de Halberg, y de tantos otros…. y por supuesto del “brujo” Olander y Volodalen! Participé en un concurso del foro del “atleta.com” donde nos empapábamos de historias de otros grandes. Bannister y sus liebres de lujo, Basher y Chataway, de la verdadera “Dream Mile” uno de los más grandes enfrentamientos jamás habidos en nuestro deporte en los Juegos de la Commonwealth de Vancouver 54, entre el mismo Bannister y John Landy, su gran rival!  De la relación entre Mimoun y Zatopek, de los “Finlandeses voladores” o de ese gran rebelde que representó para muchos Steve Prefontaine. En fin, historias que encierran el sueño de querer llegar a emular esas grandes figuras y vivir historias y competiciones similares. Y no he nombrado a las chicas! Entre otras, sobresale la dama de New York, la noruega Grete Waitz, cinco veces campeona del mundo de cros  y gran dominadora de la New York City Marathon con sus NUEVE triunfos! Grete rompió moldes y es venerada tanto en su tierra, Noruega como en la gran manzana por lo que supuso para el reconocimiento de la mujer corredora. Todos hemos crecido en este deporte bajo las historias que nos contaban sobre los grandes atletas que han hecho grande el atletismo.

Mis atletas , jóvenes ellos, también crecieron con sus ídolos. Era época de  El Guerrouj, Borzakovsky, María Mutola, pero también de una época que pronto nos creó cierta desconfianza con la aparición de la EPO. Empezamos a no saber si aquellos que queríamos creer como ídolos podrían no decepcionarnos. Los años precedentes a los de ahora, han creado cierta crisis de “identidad” sobre los atletas del presente y su identificación con estrellas de la década de los noventa y dos mil.

Sin embargo, los sueños continúan dentro de las nuevas generaciones. Este verano pasado a una de mis chicas que suben, le dije: “- Eres igual a Emma Coburn y haces la misma prueba!” Desde ese día, la cadetilla que entreno, sigue a la rubia americana! Continúo contando sobre las grandes estrellas del pasado y las recientes, sobre carreras y sobre competiciones. Sobre lugares míticos que hicieron grande este deporte, porque para creer que podemos llegar lejos, debemos inspirarnos en la magia que rodea nuestro entorno.

Quiero que mis atletas entrenen motivados, quieran superar la dureza del día a día, quieran venir a trabajar llueva o haga frío, soñando que un día puedan competir con los mejores, en competiciones de ensueño, antes que queriendo rivalizar de manera negativa contra otros atletas y rivales de su edad o prueba. Es una motivación inspirada en sueños, en ilusiones, pero que mejor que tener esa “fantasía” para realizar una actividad llena de sacrificios? Por qué, al fin y al cabo, quien no lleva dentro un Peter Pan y se mueve a través de aquello que soñaba de pequeño?




P,D, Este es parte de mi grupo de entrenamiento de esta nueva temporada. Son todos los que están, pero no están todos los que son!

martes, 6 de octubre de 2015

Nuestro “Volodalen” particular.

Una de mis inquietudes históricas ha sido dotar a la preparación de mis atletas (antes lo hacía conmigo mismo) del mejor entorno posible para prepararse. Y cuando hablo de entorno, hablo del sitio físico donde desarrollo la sesión. No trabajo en la mejor de las pistas que conozco, de hecho, la cambiaría sin dudarlo por otras cercanas, pero esa es la de mi ciudad y es evidente que no puedo hacerlo! Eso sí, creo que tenemos una pista con un buen viento (aunque alguno de mis atletas lo dude!) y unas buenas vistas, pero no es suficiente para satisfacer las necesidades que creo óptimas del entorno de trabajo.

Siempre he sido un romántico de nuestro deporte, y dentro de ese romanticismo, una parte importante la forma ese entorno del que hablo y más concretamente el entrenamiento en la naturaleza. Hace dos temporadas cometí el error técnico de situar trabajos de pista fuera de ella, así que aprendí del error y ahora únicamente llevo a la naturaleza aquellas sesiones de las cuales puedo sacar verdadero provecho. Principalmente, como es natural, todo lo relacionado con la parte aeróbica, es decir, el desarrollo de la resistencia y potencia aeróbica.

No hay duda que llevar estos trabajos al exterior provoca una pérdida del control de los ritmos y una velocidad menor que el mismo trabajo realizado y controlado en pista, pero los beneficios psicológicos compensan sobremanera esa pequeña pérdida de control y prestaciones.

Una de las partes más “friquis” de mi trabajo es estar en contínua búsqueda de esos espacios en los alrededores de donde vivo y desarrollo mi trabajo. El perfil ideal de los que busco es un entorno húmedo, boscoso, con buenos caminos y sin grandes desniveles y si es cerrando una vuelta en vez de un “ida y vuelta” mejor que mejor. Hace años, el boca a boca me llevaba a buscar y descubrir esos caminos, pero desde la irrupción de herramientas como Google Earth y Street View, dedico bastante tiempo antes de empezar la temporada, delante del ordenador, en buscar sitios idóneos de entrenamiento. Una vez encontrado uno de esos sitios, una visita física se impone para ver si lo reflejado en el mapa es lo buscado para poder entrenar en condiciones, cosa que no siempre ocurre!

Mi “ideal” sitio húmedo y boscoso viene dado por el romanticismo histórico que tenían los mejores atletas de hace años. Encontrar nuestro “Volodalen” particular, el “eldorado” de los corredores, el sitio donde se gestó el mediofondo y fondo europeo de los años sesentas y setentas de la mano del “brujo” Gosta Olander, uno de los más grande entrenadores de la historia de nuestro deporte, y convertirlo en nuestro “santuario” particular, el lugar donde “templar el hierro” y conseguir la mejor de las formas, es el objetivo. Yo hace años encontré el mío particular, aunque sigo buscando siempre mejorarlo, en Canyamars, un pueblecito en las afueras de Mataró, a 20’ en coche particular, donde tenemos un circuito que consta de una principal vuelta de 2600 metros donde podemos rodar sintiendo exclusivamente el ruido de pájaros y las hojas de los árboles movidas por el viento. También, una de las novedades de esta temporada, he conseguido sacar un circuito de 6 km en leve descenso donde vamos a realizar este año las sesiones de ritmo controlado, nuestro Tempo Run!

Aparte del entrenamiento específico que supone para los que preparan o compiten en cross durante el invierno, el entorno es el ideal para correr. Rodeados de árboles frondosos en caminos de tierra o asfalto casi sin tráfico, campos verdes labrados, etc, correr en ese entorno supone una liberalización del cuerpo y mente que produce un aumento en la producción de endorfinas y por consiguiente un plus de voluntad, sacrificio, motivación y hasta diría sensación de bienestar, a pesar de la fatiga, para realizar el entrenamiento, y donde la valoración final ( pérdida de ritmo y control incluídos) , siempre es altamente positiva.

Siempre que voy acompañado de algún atleta mío y paso por algunos de mis rincones “fetiches” les comento la típica “batallita” que todo atleta de medio fondo y fondo guarda para sí en su interior durante el resto de su vida: “Aquí se gestó mi marca en 800…” Quien no tiene uno de esos sitios?



miércoles, 23 de septiembre de 2015

La esencia de la idea de grupo.

Hace ya muchos meses que este blog no estaba siendo actualizado. La razón era sencilla, no había motivo para actualizarlo, ya que la esencia de este grupo, la filosofía por la que funcionaba, todos aquellos valores y principios que predicaba, se tomaron unos meses de vacaciones.

Si, la pasada ha sido una temporada muy difícil para este grupo y este entrenador, enamorado de su deporte, llegó a la pequeña conclusión de que, después de varias temporadas, la esencia de la idea, el camino que como grupo e individualmente todos nos habíamos trazado a través de una dinámica común de trabajo y principios , simplemente ya no estaba presente en el día a día.

Han pasado unos meses y estamos de vuelta en una nueva temporada. El descanso vacacional y el propio peso de los errores y determinaciones tomadas en su día, han actuado de manera renovadora y el sentido de dinámica y grupo ha vuelto de manera natural, de la misma manera que desapareció, y he encontrado la vía para volver a escribir de la que fue y seguirá siendo la filosofía de trabajo de este grupo de entrenamiento.

Y aquí estamos más fuertes que nunca, con un grupo numeroso, con la gente de siempre sumadas a muchas caras nuevas, jóvenes, todos anónimos pero con una calidad que si ellos lo desean, podrán forjarse su propio camino dentro del mediofondo y fondo, primero a nivel autonómico y luego nacional. De hecho, como he dicho otras veces, mi idea de atletismo está basada en el trabajo diario a pie de pista, dentro de nuestro pequeño universo que representa nuestro estadio, nuestro club, nuestro grupo y todos aquellos pequeños detalles que acaban por formar cada estado de forma de mis atletas, dando valor al sacrificio de cada uno de los componentes, entrenador incluído y enseñando a cada uno de los chic@s que entreno la historia esencial de nuestro deporte, el porqué de cada una de las grandes gestas que existen en el atletismo y el porqué el mejor de los rendimientos se puede conseguir simplemente con trabajo y humildad en nuestro entorno, al igual que los grandes campeones de la historia con los que me identifico.

En mi percepción de este deporte, no todo vale para lograr la mejor de las marcas, y no me refiero a nada prohibido, sino a los principios y valores que deberían estar presentes en cada uno de nuestros deportistas, al respeto por el trabajo de todos y a la capacidad de saber valorar lo que se tuvo, lo que se tiene y lo que se puede llegar a tener. Como entrenador, como persona, me ha tocado vivir esta temporada situaciones especiales. Unas veces apoyando, ofreciendo comprensión y un hombro donde llorar en situaciones muy difíciles, otras sufriendo al lado de las lesiones e intentando dar respuestas a problemas de salud, o también echando de menos espíritus vivos que alegran la vida de un grupo diariamente. También, por supuesto, disfrutando de la mejora de aquellos que han trabajado duro y que poco a poco se están convirtiendo en verdaderos atletas, a los cuales admiro por su actitud, su sencillez y sobre todo su gratitud por encima de cualquier marca importante que puedan realizar. Y también, por desgracia, viviendo situaciones no merecidas, desagradables y que bajo mi percepción de lo que busco, lo identifico justamente con la imagen del deporte del cual me alejo, del cual no quiero saber y que ha llegado hasta plantearme si merecía verdaderamente la pena seguir. Haber vivido todas estas situaciones, ha hecho darme cuenta de que con la dignidad ganada producto del trabajo realizado de manera sencilla, ha sido suficiente para saber que vale diez veces más la pena lo que aporta un grupo humano como el que pretendo formar desde hace años, que cualquiera de las grandes marcas que pueda hacer cualquier atleta con un entrenador estrella, pero con otro tipo de valores y no siempre con sensibilidad ni conocimientos.

Mi punto fuerte es justo ese, el haber descubierto tras esta temporada difícil, que he de tener, y tengo, dignidad y fortaleza para seguir inculcando toda esa idea y dinámica de grupo pudiendo decir a cada uno de mis atletas, todos los días: “Puedes contar conmigo!”



lunes, 23 de marzo de 2015

Carta a mis corredores populares.

Hace una semana ya de la Maratón de Barcelona donde tenía a varios atletas entrenados por mí. De ellos, solo uno al que podríamos catalogar como practicante de atletismo. Un fondista de 32 minutos en 10.000 que hace escasamente dos meses me dijo que tenía un dorsal y….pues nada, a preparar minimamente ocho semanas de entrenamiento para la maratón. Una de esas locuras que a veces tienen los atletas de uno y que faltos de toda lógica se meten en berenjenales difíciles de gestionar. El objetivo encima era arduo con la premura de tiempo y la falta de preparación evidente: bajar de 2 horas y 30 minutos! Cumplió ese ritmo hasta el kilómetro 32, donde empezó a bajar su rendimiento por la evidente carga acumulada del paso de los kilómetros. Finalmente 2 horas y 33 minutos fue su tiempo final. Pero no es esta historia la que toca contar en este post.

La historia es la de los otros 8 corredores participantes que entreno y con los cuales preparamos la maratón. Si, no he dicho atletas y si corredores, ya que son corredores populares, corredores anónimos que aman el deporte que practican, correr! Correr por las calles, por su ciudad, por la montaña o el mar. Es lo que les gusta y preparar una prueba como la maratón para ellos es una gesta, un acto de superación único! Son gente corriente, madres, padres, trabajadores o parados, pero le ponen tanta ilusión (tanta o más que el mejor atleta que puedo llegar a entrenar) que mi trabajo se ve plenamente recompensado por el grado de gratitud que muestran en los meses de preparación de la prueba. Dos días antes, les dejé una carta, y este es el fin de mi actualización, mostraros la carta de ánimo que un entrenador, satisfecho por el trabajo de un grupo de corredores populares, envió a sus corredores dándole muestra de su gratitud por haberles podido entrenar de esta manera tan gratificante. La carta decía así:

“Hola a todos!

A los chicos Red Runners, a Rodri, Elena, a Rafa, a Darío, a Victor y a Oscar! A la "mami" laietanenca Carmen! Y a Albert de Vilassar! Sois mis chic@s de la maratón de este domingo, faltan pues, dos días unicamente. Os felicito antes del disparo de salida por llegar hasta aquí, habéis entrenado duro, con obligaciones encima y a mi particularmente, me ha llenado de orgullo haberos dirigido, de verdad, ha sido un placer entrenaros y ver vuestro sacrificio y vuestra progresión semana a semana. Sabéis? Lo he dicho bastantes veces y le gente se me queda mirando con cierta incredulidad cuando lo explico. A pesar de haber y estar entrenando atletas profesionales, medallistas de campeonatos de España e incluso internacionales, no tenèis ni idea de cuanto llega a llenar y compensar entrenar a un grupo de amantes de las carreras populares como sois vosotros, cada uno con sus dificultades diarias, sus limitaciones (o no) físicas. Es igual, La ilusión que habéis puesto, el entusiasmo ante el reto que os habéis planteado, me llena por dentro y siento encontrarme plenamente realizado con el trabajo que hemos conseguido entre todos nosotros. 

Así que, estos dos días que quedan, quiero que los disfruteis como los niños pequeños que tenemos dentro. Sed felices y estad nerviosos ante la carrera, no os perdais detalle del ambiente, empezando por la feria (felicitad a Rodri si lo veis, su reto es aún mayor, dos dias de feria currando a full time y ...maratón el domingo!) Levantaros con el tiempo suficiente el día de la carrera, desayunad tranquilos, pensad en que si estais ese día a esa hora delante de vuestro tazón, es para disfrutar de lo que va a venir. Vestiros con vuestra ropa de marca personal, esa que habéis elegido para que os de fuerzas suplementarias, vuestras zapas y los calcetines y pantalones previstos. no hace falta deciros que no estreneis nada ese día. Llegad con tiempo a la salida y dejaros empapar del ambiente durante el calentamiento. 10'-15' de carrera continua y estiramientos y ejercicios de movilidad son suficientes, en total unos 30' que parte de ellos, lo que podais, podéis hacer en la espera dentro de vuestro cajón. 

La salida! Id tranquilos los primeros kms, es primordial, parece que vamos andando pero se corre. Es muy importante no ir ni 2" mas rápido por kilómetro en los primeros 5 kms. De ello depende la aparición del muro allá por el km 30. Pasareis por el km 5 y vereis que vais bien, cómodos. Tranquilos, a pesar de vuestros impulsos, no acelereis! Mantened el ritmo en todo momento! Puede que alguno no se sienta bien en el comienzo. Los nervios del día, la prontitud de la hora o simplemente la dificultad para calentar puede provocar una sensación de tosquedad al correr en el primer parcial. Tranquilos! Enseguida aparecerán las buenas sensaciones. Recordad que estáis preparados de sobras! Si esa sensación persistiese incluso en el km 15, no pasa nada, aflojamos el ritmo previsto y disfrutamos igualmente de tantos meses de preparación y de la carrera. Vuestra superación no se puede medir siempre por la marca que consigáis. Hay otras muchas variables que indican que atreverse a realizar esa prueba es solo para gente que quiere superarse, y todos vosotros, ya os lo he dicho, lo habéis conseguido antes de empezar!

Intentad ir a vuestro ritmo previsto hasta el km 30. Ese es el punto de la gran decisión. Aguanto, aflojo o me voy para adelante. Cualquiera de esas decisiones son positivas, ninguna comporta negatividad. Tomad con naturalidad vuestra decisión y disfrutad del último tramo y pensad que haréis en la llegada y como expresareis vuestras emociones. Ese pensamiento hará más cortos los kilómetros más duros y eternos. 

Si alguno se topa con el muro, tranquilos, no pasa nada, absolutamente nada! Sentaros o poneros a caminar, pero no os torturéis con vuestra desdicha. forma parte del juego, de la apuesta, del reto! La maratón no sería maratón si no ofrece su cara más amarga. Es justamente por esa inconsciencia de querer luchar y ganar la apuesta a la distancia que os habéis apuntado.

Como beber. Os recomiendo hidratarse en todos los avituallamientos menos en el del km 5. No es extremadamente necesario y seguramente va a haber un embotellamiento de miedo. En el resto SI! Os recomiendo la siguiente pauta para los que esteis acostumbrados a los geles energéticos. tomad vuestros geles en los kms 10, 20 y 30 y bebed agua o sales minerales en los avituallamientos del 15, 25, 35 y 40. Si no estáis acostumbrados a los geles, bebed sales en los kms 10, 20 y 30 y elegid entre agua y sales en el resto. 

Y llegamos a meta! Bien! Felicidades, lo habéis conseguido! Tanto si habéis conseguido marca personal como si no, tened consciencia de que habéis hecho una gran gesta, no hace falta decir que disfruteis del momento! La maratón tiene su ritual al final también. Todos diréis que es la última! Todos sabemos que no será así, pero aún así, deciros que es la última! Sentiros víctima de la prueba y más tarde, días más tarde, deciros que no, que volvéis a por ella! Y cuanto antes mejor!
No se os puede olvidar ningún detalle tampoco, tenéis batallitas para 10 dias! Machacar y disfrutad contando vuestras batallitas a todos vuestros conocidos! Alardear en el curro! Dad envidia a reventar al cuñado! Que todo el mundo sienta que sois unos héroes! que coño? No os ha costado la vida prepararla y afrontarla? Ahora es vuestro turno de hacer saber que SI, que lo habéis conseguido! 

Vamos acabando! Habéis recogido vuestra medalla de finisher y otras reliquias para guardar de recuerdo o regalar. Es hora de no poder subir y bajar escaleras si no es de espaldas. Nos empezaremos a enterar, yo sobre todo, de todas vuestras marcas y la de los colegas y allegados. Y la fiesta acabó por este año. Ahora es turno de descansar y plantear dentro de poco, nuevos retos.

Y como final, lo más importante, volved a casa felices, muy felices! Porque aunque aún no os deis cuenta, la buena, aquella con la que soñais, vuestra maratón perfecta, aún está por llegar.

Señoras, señores, ha sido un placer. Os admiro!

Andreu Novakosky


Entrenador de soñador@s realizados.”



viernes, 13 de febrero de 2015

Se cierra el círculo de la SUPERACIÓN.

Nunca me había pasado gestionar una situación tan delicada y tan traumática para un grupo de entrenamiento. Como muchos sabeís, hace escasos meses tuvimos que sufrir entre los integrantes del grupo la pérdida de un ser querido. Que situación tan difícil de gestionar para todos, empezando por el dolor de la atleta y siguiendo por la actitud de sus compañeros.
Puedo escribir ahora de este tema, ya que creo por fin haber acabado de dibujar un círculo virtuoso de superación por parte de todos. La atleta, ha vuelto a competir!

En estos cuatro últimos meses, la gestión de cada momento ha pasado por situaciones delicadas. Al principio, intentar abstraer a mi atleta después del diagnóstico de la enfermedad. Intentar explicarle y disuadirla de que la práctica del atletismo podría sobrellevar de manera más relajada y menos estresante el día a día duro de su casa, su familia y la incertidumbre que pesaba sobre ellos. Después, el aceptar deber dejar aparcado momentáneamente su deporte para reorganizar un sinfín de situaciones que esa nueva vida te demanda obligatoriamente. Y para finalizar, saber gestionar el drama y el dolor de un final temido por todos desde el inicio.

Cuatro meses más tarde, desde la perspectiva de mirar hacia atrás el pasado reciente, creo que cada parte, atleta, compañeros y entrenador supo estar a la altura de las circunstancias y la muestra es que hoy en día, nuestra atleta, nuestra amiga, tiene ilusión por seguir luchando por sus sueños, de tal manera que casi sin entrenamiento y con bastante duelo aún, pidió y quiso volver a sentirse atleta, afrontando una competición que en principio, hacia meses, decidimos dejar de lado por razones obvias.

Si tuviera que decir algo de cada uno que participó en esta historia de superación vital, os diría que la ATLETA nos ha dado una lección de vida, una lección de madurez, una lección de lucha y de superación. En todo momento y sin perder el sentido común, todas sus decisiones fueron razonables, las que debía tomar y las que podía tomar en sentido erróneo, por su situación, y no lo hizo. En ningún momento dio muestras de abandono, ni de su propia vida (el futuro es suyo, como el nuestro!), ni de su deporte, ni por supuesto, lo más importante, la lucha por no perder a un ser querido.
Sus COMPAÑEROS, estuvieron a la altura en todo momento, con algo que realmente me ha dejado impresionado, el respeto hacia su situación. He quedado sorprendido del apoyo, el respeto como os decía, y el silencio y discreción que han sabido tener con ella sus compañeros. Ni una palabra inoportuna de más, la comprensión sobre el dejar de verla de manera contínua, el saber darle algún mensaje en horas bajas…todo sin estridencias, sin dramas, y sin ignorarla. Justo en la medida de lo que se pide en estas situaciones. Y también, y aunque no importante, casi banal para un problema así, siguiendo aspirando a todo con esta situación encima, que tanto podría descentrar a algún atleta, como hacer sentir mal, por irrespetuoso, a la atleta afectada.
Y el ENTRENADOR. No creo ser nadie para “autojuzgarme”, pero creo que, aparte de aprender rápidamente de una situación tan dramática como esta, también he estado a la altura de las circunstancias. Mi papel ha sido el de intentar abstraer a mi atleta para que siguiera apostando por su futuro. En un primer momento enseñándole que el viaje de la enfermedad diagnósticada podría ser largo y debía aprender a convivir con ella sin renunciar a sus sueños. Luego, el ir comprendiendo su drama, sus desesperación e ir gestionando y haciendo correcciones contínuas casi semanalmente por la situación generada. Más tarde, y ha sido la parte más dura, darme cuenta que el final era cercano y como poder actuar para que el futuro de una persona deportista en plena vitalidad no fuera a verse afectada por la inminente desaparición de un ser querido. Debo decir, que llegado un momento, decidí que algo tan superficial como la práctica de un deporte, por más que representase un sueño para los afectados, quedaba en un plano muy secundario y muy pequeño ante los sentimientos de tristeza que veía aflorar en los últimos días en mi atleta.

Y el drama y desenlace fatal llegó! Y, todos, todos estuvimos allí, en la tristeza y el dolor! Y sabéis que significó? Pues que simplemente entendimos que la vida continuaba después de este trance. Y la vida continúa, para todos mis atletas y para este entrenador. Y pasadas varias semanas, me doy cuenta de que hemos superado algo tan delicado, que me enorgullezco de cada uno de los atletas que estoy entrenando ahora mismo y con los que acabamos de vivir esta experiencia.

Hoy, cada uno sigue trabajando por sus sueños, y entre ellos, nuestra atleta, con su duelo y sus recuerdos, con su determinación de seguir luchando por su sueños deportivos, también el grupo de entreno, trabajando duramente día a día, pero sin lugar a dudas, todos ellos juntos, habiendo cerrado el círculo de la SUPERACIÓN.



jueves, 22 de enero de 2015

Seguimos entrenando muy bien!

12 meses más tarde, seguimos entrenando muy bien! No deja de ser curioso este comienzo. Hace doce meses, un poco antes y un poco después, hablaba en los mismos términos, de los cambios que había realizado en la preparación de algunos de mis atletas por el agotamiento mental, causado por los años, de algunas de las sesiones que realizábamos. Había estímulos completamente agotados e ineficaces que ya no producían ningún tipo de adaptación y había que buscar unos nuevos.

Durante la temporada, comentaba en cada actualización, el acierto que creíamos, tanto yo como mis atletas, de los cambios que había realizado. Sin embargo, a la hora de la verdad, y de eso me responsabilicé en su día, esos cambios fueron responsables directos de una falta de velocidad, preparación y tono muscular en la etapa final competitiva, que condenaron a mis atletas a no poder conseguir la mejor de las marcas posibles. Al final de temporada, la conclusión fue que mentalmente los cambios fueron un acierto, pero no el resultado final. Y vivimos de marcas…

El verano fue momento de autopsia profunda de la pasada programación y de búsqueda de todas las soluciones a lo que creíamos que lo eran pero no funcionaban.

Empezamos la temporada con nuevas ideas, claras y arriesgadas a la vez. Lo fácil hubiera sido volver a aquellos estímulos viejos y agotados, seguros que sin salir de nuestra “zona de confort”, una mínima garantía de éxito y marca tendríamos. Pero no! Como entrenador no me conformo con lo conocido y menos con lo que considero agotado. Toda programación tiene su recorrido a lo largo de los años y una evolución natural desde lo general a lo específico. O sea, a pesar de la facilidad de la vuelta atrás, caer en el clásico aforismo de “si haces lo que has hecho hasta ahora no esperes mas resultado que el que conoces”, hubiera sido una mala decisión y por ello determiné una salida hacia adelante, una evolución del entrenamiento que siempre tuve en mente pero que, en período de formación de mis atletas, no me atrevía a dar el paso y aplicarlo.

Y en ello estamos! Doce meses más tarde de decir que entrenábamos muy bien, para reconocer a final de temporada una serie de errores no calculados, vuelvo a decir que, no entrenamos muy bien, sino que, entrenamos mejor!!!

En todo caso, lo que completo con la aplicación de esta evolución natural de mis ideas sobre entrenamiento de mediofondo es todo el abanico de posibilidades que puedan existir a partir de mi planteamiento, de mi idea sobre lo que creo que son, sobre todo, los 800 metros lisos. Así que al final de esta temporada, podré comprobar no solamente si finalmente he acertado con mis decisiones (creo firmemente que sí!), sino que tendré toda la información que necesito saber para aplicar mucho mejor los aspectos individuales de cada uno de los atletas que entreno. Partiendo de una idea central y habiéndola desarrollado durante estos años tanto por arriba como por abajo (entendiéndose que me refiero a la preparación de mediofondo y refiriéndome a la parte de arriba como todo lo relacionado con los aspectos aeróbicos y la de abajo a todos los aspectos anaeróbicos y de fuerza), puedo afirmar que llego a la madurez como entrenador y que completo todas las respuestas a las preguntas que me había hecho todos estos años.

Estamos en Enero entrando en una nueva temporada de pista cubierta que, como siempre, no preparamos específicamente, pero sí participamos. Estamos realizando tiempos a estas alturas de la temporada que nunca habíamos conseguido. Los cambios están funcionando y las expectativas son ilusionantes. El día a día nos indica que podemos conseguir los objetivos planteados. Hemos puesto los pies fuera de la zona de confort para apostar decididamente por una buena mejora o un buen salto según los casos.

Sin embargo, no deja de sorprenderme que haya pasado un año y siga escribiendo la misma frase: “Seguimos entrenando muy bien!”.  Eso no significa más, que nunca acabamos de aprender.
 
 
 

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