"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

viernes, 13 de febrero de 2015

Se cierra el círculo de la SUPERACIÓN.

Nunca me había pasado gestionar una situación tan delicada y tan traumática para un grupo de entrenamiento. Como muchos sabeís, hace escasos meses tuvimos que sufrir entre los integrantes del grupo la pérdida de un ser querido. Que situación tan difícil de gestionar para todos, empezando por el dolor de la atleta y siguiendo por la actitud de sus compañeros.
Puedo escribir ahora de este tema, ya que creo por fin haber acabado de dibujar un círculo virtuoso de superación por parte de todos. La atleta, ha vuelto a competir!

En estos cuatro últimos meses, la gestión de cada momento ha pasado por situaciones delicadas. Al principio, intentar abstraer a mi atleta después del diagnóstico de la enfermedad. Intentar explicarle y disuadirla de que la práctica del atletismo podría sobrellevar de manera más relajada y menos estresante el día a día duro de su casa, su familia y la incertidumbre que pesaba sobre ellos. Después, el aceptar deber dejar aparcado momentáneamente su deporte para reorganizar un sinfín de situaciones que esa nueva vida te demanda obligatoriamente. Y para finalizar, saber gestionar el drama y el dolor de un final temido por todos desde el inicio.

Cuatro meses más tarde, desde la perspectiva de mirar hacia atrás el pasado reciente, creo que cada parte, atleta, compañeros y entrenador supo estar a la altura de las circunstancias y la muestra es que hoy en día, nuestra atleta, nuestra amiga, tiene ilusión por seguir luchando por sus sueños, de tal manera que casi sin entrenamiento y con bastante duelo aún, pidió y quiso volver a sentirse atleta, afrontando una competición que en principio, hacia meses, decidimos dejar de lado por razones obvias.

Si tuviera que decir algo de cada uno que participó en esta historia de superación vital, os diría que la ATLETA nos ha dado una lección de vida, una lección de madurez, una lección de lucha y de superación. En todo momento y sin perder el sentido común, todas sus decisiones fueron razonables, las que debía tomar y las que podía tomar en sentido erróneo, por su situación, y no lo hizo. En ningún momento dio muestras de abandono, ni de su propia vida (el futuro es suyo, como el nuestro!), ni de su deporte, ni por supuesto, lo más importante, la lucha por no perder a un ser querido.
Sus COMPAÑEROS, estuvieron a la altura en todo momento, con algo que realmente me ha dejado impresionado, el respeto hacia su situación. He quedado sorprendido del apoyo, el respeto como os decía, y el silencio y discreción que han sabido tener con ella sus compañeros. Ni una palabra inoportuna de más, la comprensión sobre el dejar de verla de manera contínua, el saber darle algún mensaje en horas bajas…todo sin estridencias, sin dramas, y sin ignorarla. Justo en la medida de lo que se pide en estas situaciones. Y también, y aunque no importante, casi banal para un problema así, siguiendo aspirando a todo con esta situación encima, que tanto podría descentrar a algún atleta, como hacer sentir mal, por irrespetuoso, a la atleta afectada.
Y el ENTRENADOR. No creo ser nadie para “autojuzgarme”, pero creo que, aparte de aprender rápidamente de una situación tan dramática como esta, también he estado a la altura de las circunstancias. Mi papel ha sido el de intentar abstraer a mi atleta para que siguiera apostando por su futuro. En un primer momento enseñándole que el viaje de la enfermedad diagnósticada podría ser largo y debía aprender a convivir con ella sin renunciar a sus sueños. Luego, el ir comprendiendo su drama, sus desesperación e ir gestionando y haciendo correcciones contínuas casi semanalmente por la situación generada. Más tarde, y ha sido la parte más dura, darme cuenta que el final era cercano y como poder actuar para que el futuro de una persona deportista en plena vitalidad no fuera a verse afectada por la inminente desaparición de un ser querido. Debo decir, que llegado un momento, decidí que algo tan superficial como la práctica de un deporte, por más que representase un sueño para los afectados, quedaba en un plano muy secundario y muy pequeño ante los sentimientos de tristeza que veía aflorar en los últimos días en mi atleta.

Y el drama y desenlace fatal llegó! Y, todos, todos estuvimos allí, en la tristeza y el dolor! Y sabéis que significó? Pues que simplemente entendimos que la vida continuaba después de este trance. Y la vida continúa, para todos mis atletas y para este entrenador. Y pasadas varias semanas, me doy cuenta de que hemos superado algo tan delicado, que me enorgullezco de cada uno de los atletas que estoy entrenando ahora mismo y con los que acabamos de vivir esta experiencia.

Hoy, cada uno sigue trabajando por sus sueños, y entre ellos, nuestra atleta, con su duelo y sus recuerdos, con su determinación de seguir luchando por su sueños deportivos, también el grupo de entreno, trabajando duramente día a día, pero sin lugar a dudas, todos ellos juntos, habiendo cerrado el círculo de la SUPERACIÓN.



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