"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

jueves, 29 de noviembre de 2012

Tu las haces volar!

Semanas de entrenamientos plácidos y llega el frío. El volumen de las cargas aumenta, los ritmos son difíciles de mantener. El entrenamiento invernal hace acto de presencia. Con una lenta progresión, llegamos a semanas de carga aeróbica, kilómetros, trabajo genérico a nivel aeróbico, fuerza y velocidad. El clima se hace duro y el trabajo es importante, mala combinación, ya todo no sale solo, hay que esforzarse!

Empieza el sacrificio, la lucha mental interna diaria, los días de lluvia como ayer, o de viento y frío como hoy. Aparte, aparecen asociadas las molestias comunes a los periodos de entrenamientos intensos. También aparecen las dudas. Mucha tralla es imposible que salga toda bien, por tanto, hay días buenos y días..….menos buenos.

Mantener los objetivos bien presentes es complicado, hay que tener los cinco sentidos bien despiertos para estar motivados y tener esos objetivos siempre en mente. Cada uno con su pequeño o gran reto, cada uno sabiendo que debe pedirle a su cabeza, cada uno sabiendo como gestionar su actitud.

No siempre sale bien, no siempre se reacciona bien. A veces, tiramos trabajo sin pensar lo que supone hacerlo. El estrés nos domina, los problemas cotidianos, la fatiga, muchas variables negativas acaban por hacer pagar los platos rotos a nuestro soñado objetivo. Hay días que nos traicionamos a nosotros mismos. Hay días que simplemente olvidamos el sacrificio que tanto hemos hecho durante mucho tiempo.

Sin embargo, caemos rápidamente en la cuenta de lo que realmente queremos es volver a todo aquello que nos apasiona, a nuestros sueños. Nos caemos y nos volvemos a levantar. Aprendemos mil lecciones una y otra vez cada cierto tiempo. Nuestro deporte curte, lo vivimos de manera apasionada, nos entregamos enteros!

Y de repente, ese mal día, un mal día, pasa, los tiempos salen como de costumbre, nos sentimos nuevamente con el brío y las ganas de comernos el mundo. El reto de un nuevo y duro entreno está ante nosotros. Un calentamiento largo, inacabable, todo hecho con mimo, rectas finales para empezar con ritmo, cambio de zapatillas, voladoras! Y en ese momento de duda, de no saber como vamos a responder, si cumpliremos el ritmo deseado o no, un compañero, para sacarnos una sonrisa, para lanzar un mensaje motivador, para hacer piña ante esas series largas que tanto cuestan, suelta….Tu las haces volar!


sábado, 24 de noviembre de 2012

No tengo memoria suficiente.

No tengo memoria suficiente para recordar todas las acciones que como entrenador he dedicado a mis atletas. Cuantas miles de horas en tantos años dedicados a fondo perdido, al principio en unos niños que, generalmente, llegaron a ser adultos. Horas de ordenador, horas de entrenamientos, horas de viaje, cientos de gastos! Miles de anécdotas y recuerdos de unas mismas personas a lo largo de los años… Ser entrenador, principalmente es eso. Es casi vender tu propia vida, sacrificarla más de lo debido, aunque se quiera, para invertirla en unos locos bajitos o adultos, sin pedir nada a cambio, que muchas veces acaba de manera traumática y otras de manera feliz, pero que en cualquier caso te acaba compensando, a pesar de que algunas veces te cruces con personas que no valoran el trabajo de los técnicos, tu trabajo durante muchos años.

He aprendido hace tiempo, que no puedo pedir que valoren mi dedicación, porque no lo harán en un tanto por ciento alto ningún atleta. Tantos entrenamientos diarios durante tantos años, convierte lo excepcional en rutina y eso hace perder la perspectiva real del trabajo de uno…o más bien diría de las locuras que uno llega a hacer dedicadas todas a los atletas que uno entrena. Sin embargo, creo que a ningún entrenador le importa eso, ya que somos un colectivo muy enamorado de su trabajo. Siempre espero que si alguien no valora en su justa medida mi trabajo y dedicación, el siguiente atleta que tenga si lo hará.

Parte de la memoria usada por mí también está dedicada a aquellos entrenamientos que valoré positivamente de mis atletas. Sacrificios muy duros por parte de ellos, que yo, como entrenador, se lo que han costado. Intento ser positivo siempre, y solo se me tuerce el gesto cuando no se ha entrenado bien, y lo digo. Es curioso, olvido con facilidad cuando trabajamos mal, y me cuesta menos olvidar los buenos días e incluso los normales.

Para mí, las simples sesiones diarias, el simple gesto de ir a entrenar día a día, implica un respeto exquisito hacia el trabajo del entrenador. Cada sesión, metida de una cierta manera en un ciclo de entrenamientos, lleva detrás horas de buscarle sentido a un rendimiento futuro. Me cuesta concibir que, de manera insconciente o no, se acabe convirtiendo una unidad programada con un fin, en cualquier cosa por dejación en el trabajo. Hoy me paso de ritmo y no acabo un fraccionado,  hoy no hago sesión de fuerza porque me quedo dormido, hoy decido rodar por mi cuenta y el trabajo técnico no es importante, etc,etc….Es una simple falta de madurez y no se piensa en la valoración hacia el trabajo del técnico. Horas perdidas que nadie va a recuperar. Lo peor, es ver a los tres días el mismo atleta salirse de manera increíble en una sesión bordada, sin darse cuenta todo aquello que tiró anteriormente.

Estamos metidos en pleno período básico, y escribo estas rayas recordando el esfuerzo intenso de mis atletas en el trabajo fraccionado de hace dos días. Todos haciendo un duro sacrificio, todos acabando extenuados, todos con mi apoyo ante tal esfuerzo, pero unos cumpliendo escrupulosamente con sus objetivos y con un respeto absoluto hacia nuestro trabajo y otros sin darse cuenta de lo estéril de su esfuerzo por falta de …….

John Anderson, entrenador de David Moorcroft, incidía tanto o más que de su programa de entrenamiento, su ideario filosófico, del cual me identifico plenamente:
“El elemento psicológico determina la diferencia entre el mejor resultado y sencillamente un buen resultado.

La necesidad de desarrollar una fuerte base de actitudes y objetivos que sean compatibles con la percepción de la vida y su significado, provee una plataforma desde la cual se podrán obtener todos los éxitos.

El éxito no solo podrá ser identificado en términos de sesiones de carrera y progamas de entrenamiento, sino debe ser visto en el contexto total de la persona, las actitudes, creencias y filosofía de aquel individuo y de los que conviven con él.”


lunes, 19 de noviembre de 2012

…a base de caerse y volverse a levantar…

Han pasado dos semanas ya de la celebración de la NO Maratón de Nueva York. Dos semanas en la que, una vez más, he probado el gusto amargo de la decepción. Decepción esta vez, muy especial. Una carrera preparada con tanto cariño no merecía tener este final. El destino, en forma de catástrofe climática y discutida decisión política, ha querido que no pudiésemos tener la oportunidad de demostrar que estábamos preparados ante semejante reto. Ha sido la última caída……y me he vuelto a levantar.

En este deporte, como en la vida, mejoramos y nos formamos a base de fracasos, a base de caerse y volverse a levantar corrigiendo aquello que nos hemos dado cuenta que no hicimos bien. No se los demás, pero yo no tengo ninguna varita mágica y la base de mis conocimientos y mi manera de entrenar está, con los años, más en el ensayo/error que en la aplicación de teorías de personas de renombre. Siento que me he formado y tengo aún inquietud para ir reciclándome. Busco la mejora constante de las partes que menos me convencen de lo que aplico (siempre se puede mejorar aquello que hacemos), y busco métodos de aplicación de las cargas que me convenzan más de los que desarrollo. Sin embargo, nada me ha hecho aprender más que ir cayendo tras un error de programación, un mal planteamiento, o cualquier circunstancia de la que haya sido responsable. Y cada vez me he vuelto a levantar!

Este año es especial en ese sentido. Tengo muchos atletas que de una forma u otra han caído y mi trabajo de esta temporada consiste en levantarlos y tirar hacia adelante. Cualquiera ha sido la circunstancia de esta caída. Un mal año atlético, una lesión crónica, dos años inactivos por una operación, una gestión negativa de la actitud a nivel de entrenamientos y de competición, un problema psicológico, una mala experiencia como la de NY, etc... Los cuadros son variados pero todos tienen un punto en común, quieren levantarse y salir adelante en lo que más les gusta. Unos cuantos han venido de fuera a confiar en mí, pero otros, y ello les honra, han querido seguir confiando en su entrenador, entendiendo que la parte técnica y el apoyo que les dí, no era responsable de su caída y que lo programado tenía sentido y se hacía un buen trabajo.

Y en ello estamos. Mis nuevos atletas se han adaptado bien al sistema y parecen contentos con lo que les he ofrecido, creo que estamos haciendo aquello que les conté que haríamos, por tanto, no se sienten engañados y están muy motivados y expectantes ante cual va a ser su rendimiento futuro. Mis atletas que volvieron a confiar en mí, han empezado a corregir errores, y estamos cumpliendo con los deberes que nos hemos puesto para superarlos. Aquellos problemas a los que no llegamos por falta de conocimientos, hemos puesto remedio externo para rematarlos también. Y aquellos atletas, que, tras una lesión, han vuelto a apostar por su deporte, están sacando todo lo que llevan dentro sin apenas problemas.

Siguiendo en la misma línea de anteriores actualizaciones, esto demuestra sin más que, por encima de todo, la resolución de problemas sale de la decisión de unos mismo de encararlos y buscar la solución. Nos caemos y nos volvemos a levantar creyendo tener la lección aprendida. A veces, volvemos a caer, e increíblemente nos volvemos a levantar insistiendo una y otra vez! Estoy seguro que es la base donde asentar un salto importante en el rendimiento. Está claro que es una cuestión de dinámica, de actitud y de modelo de conducta. Es lo que necesito para formar personas que sean atletas y les transmito que la resolución de esas caídas son la entrada a lo que sueñan. Ellos confían en mí, yo confío en ellos! Sin esta reciprocidad no tiene sentido todo este escrito.


lunes, 12 de noviembre de 2012

El "como" por delante del "que".

“He respetado escrupulosamente, siempre, todas las sesiones de mi programa. Las tenia presente todos los dias, todos los meses, todos los años. Es por eso que he llegado a ser un medallista de élite. No es suficiente con estar bien dotado para ganar, pero si estar bien decidido a llegar hasta el final.” Michel Jazy

Hoy empezamos con una cita que siempre me ha gustado. Es del mítico campeón francés Michel Jazy, que entre finales de los cincuenta y principio de los sesenta fue uno de los dominadores del mediofondo mundial. Hago referencia a ella porque esta semana hemos acabado, en mi grupo de entrenamiento, el primer mesociclo de carga de esta nueva temporada.

Una vez más, he podido comprobar que el control mental de las emociones y la aplicación de la inteligencia condicionan la realización de las cargas programadas. El rendimiento no viene dado en unas letras y números escritas de mil variadas formas, la hoja de entrenamiento. Es de ingenuos pensar que solo por hacer “esa hoja” sin más, tenemos asegurado el “marcón” a final de temporada. La hoja de ruta, no es el qué, sino el como! Y estas dos semanas de carga intensa, hemos tenido varios “comos”, y aunque estemos a principio de temporada, se puede observar que camino hay reservado para cada atleta que entreno en función de su propia gestión del entrenamiento y sus actitudes. Es evidente que debería estar también en función del sacrificio que pone cada uno en sus objetivos: el, “que estoy dispuesto a sacrificar para llegar donde quiero”. Es así en bastantes casos. Veo disciplina en gente que ha apostado demasiado en esto y se nota la responsabilidad y la madurez de la decisión adoptada en su día de intentar conseguir sus sueños haciendo un sacrificio económico muy importante. También veo madurez y seriedad en arreglar tics de conducta que llevaron a perder la competitividad y a estar en una situación que no es merecedora por las marcas y la calidad que atesoran ciertos atletas. Estamos poniendo el “como” para volver de donde no deberíamos haber salido nunca.

Michel Jazy lo reflejaba con claridad en la cita referenciada al principio. Cada día el “como” estaba por delante de la carga, del “que”. Cada día Jazy, así como la mayoría de atletas que consiguen llegar, sabía perfectamente que actitud había que aplicar a cada sesión para después recoger lo sembrado e intentar batir records del mundo.  Cada día tenía la claridad suficiente para entender quien era él, que quería para sí, y como tenía que trabajar para conseguirlo. Un campeón, un atleta con una oportunidad única, un atleta que quiere llegar a la élite, sabe que realizará cada día sesiones conjuntas e iguales a las de sus compañeros de entrenamientos, pero muy diferentes en planteamiento. Y ese es un problema. Tener la madurez necesaria para saber que tipo de planteamiento hay que aplicar en todas las sesiones es capital para llegar. Creo que no solo me pasa a mí, pero la mayoría de atletas, menos ese reducidísimo grupo que quiere llegar o está en la élite, se dispersan muchísimo y olvidan gestionar correctamente el mejor camino para ellos. Por consiguiente, su rendimiento no es el que podrían conseguir. Es menos grave en atletas que no tienen el talento suficiente para conseguir grandísimos resultados (para muchos no deja de ser una pasión algo masoquista, me incluyo entre ellos!), pero puede ser determinante en gente que pierde oportunidades. He visto atletas completamente dispersos por verse afectados por cualquier circunstancia exenta de gravedad excesiva, en lo deportivo (lesiones o enfermedades detectadas o no que condicionan el rendimiento, el excesivo respeto a sesiones de entreno, el miedo escénico de ciertas competiciones, etc..) y en lo personal (las riña entre compañeros, la marcha de compañeros conflictivos, la gestión de los celos entre atletas, etc..)

Los atletas han de entender imperiosamente que el “como” piensan trabajar día a día, y no el contenido de la sesión, es la que va a condicionar claramente su futuro rendimiento. Aprender a gestionar esa base de actitudes para trabajar diariamente con madurez e inteligencia en dos semanas tan duras como hemos tenido, es la llave para poder marcar el futuro a corto y medio plazo. A largo plazo siempre hay otras posibilidades, como un simple cambio de aires, aunque ese dominio de la gestión de las actitudes habrá de aparecer aquí, en Paris o en Pernambuco!

Y ahora, a por una tranquila semana de descarga!


BLOGS INTERESANTES

© Bislett
Maira Gall