"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

martes, 13 de octubre de 2015

El atletismo es un sueño.

Hace escasos días cumplía sesenta años uno de mis ídolos de juventud, Steve Ovett. Junto a Seb Coe y Steve Cram, los tres fueron protagonistas de mis sueños de joven atleta. Yo quería ser como ellos! Tuve la suerte de dar con un entrenador con bastante inquietud propia y también con la inquietud de transmitir esa pasión por nuestro deporte que el llevaba dentro. En su caso, su ídolo era el neozelandés John Walker, campeón olímpico de 1500 en Montreal 76. Paralelamente, me inculcó la inquietud por entrenar, y por ello, también fueron referentes para mí un par de entrenadores ingleses, donde más que los métodos que aplicaban, me fascinaba su mentalidad y filosofía que transmitían a sus atletas. Eran Harry Wilson, entrenador de Ovett y John Anderson, que transformó a un joven chico con no mucho talento en todo un atleta a punto de romper la barrera de los 13 minutos en 5.000 m.l, Dave Moorcroft.

Esta introducción viene a cuento de que no conozco ni un practicante de nuestro deporte que no haya soñado con ser igual que su gran ídolo y llegar a competir en la más grandes de las competiciones que se realizan, los Juegos Olímpicos. Si, nuestro deporte está hecho y se mueve de sueños y atletas a los que admiramos y quisimos emular de jóvenes.

Mi entrenador era fan de John Walker y de su camiseta negra de Nueva Zelanda! Y me hablaba de ese maestro del fondo y mediofondo europeo llamado Moniz Pereira. Yo lo era de ese trío de ingleses y esos dos grandes maestros. Y una de las personas que más admiro dentro de nuestro deporte, Jorge Gonzalez Amo, siempre me ha hablado de Herb Elliot como el mejor de todos los tiempos, pero también de Snell, de Tummler, de Garderud, de Bedford, de Clark, de Halberg, y de tantos otros…. y por supuesto del “brujo” Olander y Volodalen! Participé en un concurso del foro del “atleta.com” donde nos empapábamos de historias de otros grandes. Bannister y sus liebres de lujo, Basher y Chataway, de la verdadera “Dream Mile” uno de los más grandes enfrentamientos jamás habidos en nuestro deporte en los Juegos de la Commonwealth de Vancouver 54, entre el mismo Bannister y John Landy, su gran rival!  De la relación entre Mimoun y Zatopek, de los “Finlandeses voladores” o de ese gran rebelde que representó para muchos Steve Prefontaine. En fin, historias que encierran el sueño de querer llegar a emular esas grandes figuras y vivir historias y competiciones similares. Y no he nombrado a las chicas! Entre otras, sobresale la dama de New York, la noruega Grete Waitz, cinco veces campeona del mundo de cros  y gran dominadora de la New York City Marathon con sus NUEVE triunfos! Grete rompió moldes y es venerada tanto en su tierra, Noruega como en la gran manzana por lo que supuso para el reconocimiento de la mujer corredora. Todos hemos crecido en este deporte bajo las historias que nos contaban sobre los grandes atletas que han hecho grande el atletismo.

Mis atletas , jóvenes ellos, también crecieron con sus ídolos. Era época de  El Guerrouj, Borzakovsky, María Mutola, pero también de una época que pronto nos creó cierta desconfianza con la aparición de la EPO. Empezamos a no saber si aquellos que queríamos creer como ídolos podrían no decepcionarnos. Los años precedentes a los de ahora, han creado cierta crisis de “identidad” sobre los atletas del presente y su identificación con estrellas de la década de los noventa y dos mil.

Sin embargo, los sueños continúan dentro de las nuevas generaciones. Este verano pasado a una de mis chicas que suben, le dije: “- Eres igual a Emma Coburn y haces la misma prueba!” Desde ese día, la cadetilla que entreno, sigue a la rubia americana! Continúo contando sobre las grandes estrellas del pasado y las recientes, sobre carreras y sobre competiciones. Sobre lugares míticos que hicieron grande este deporte, porque para creer que podemos llegar lejos, debemos inspirarnos en la magia que rodea nuestro entorno.

Quiero que mis atletas entrenen motivados, quieran superar la dureza del día a día, quieran venir a trabajar llueva o haga frío, soñando que un día puedan competir con los mejores, en competiciones de ensueño, antes que queriendo rivalizar de manera negativa contra otros atletas y rivales de su edad o prueba. Es una motivación inspirada en sueños, en ilusiones, pero que mejor que tener esa “fantasía” para realizar una actividad llena de sacrificios? Por qué, al fin y al cabo, quien no lleva dentro un Peter Pan y se mueve a través de aquello que soñaba de pequeño?




P,D, Este es parte de mi grupo de entrenamiento de esta nueva temporada. Son todos los que están, pero no están todos los que son!

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