"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

lunes, 28 de noviembre de 2011

Molestias.

La temporada esta en un período de plena carga, en nuestro caso con bastante volumen, pero todos los trabajos de fuerza y velocidad son un riesgo por su intensidad. Las molestias derivadas de estos trabajos están a la orden del día! Esta es una de las partes que hay que aprender a gestionar mejor. No queremos ni nos gusta parar de entrenar, llevamos hasta el límite nuestro cuerpo y jugamos en una línea delgada donde del otro lado hay una palabra que no queremos oír jamás: LESIÓN! Hay que aprender a conocer el cuerpo de cada uno para saber cuando hemos de parar, cuando estamos preparados o no para hacer un ejercicio o entreno, cuando lo que vamos a hacer vale muchísimo menos que los días parados que vendrán después. Gestionar las molestias requiere de una madurez y de una toma de decisiones impecable. El entrenador no está en el cuerpo de cada uno de sus atletas y solo puede guiarse por este nivel de madurez de sus pupilos. Madurez, seriedad y responsabilidad para poder evaluar con certeza el grado de molestia o lesión, los síntomas, el lugar exacto de la molestia, y hasta la memoria de como y cuando pudo producirse. De esta manera la toma de decisiones será la más adecuada. Dependiendo del nivel del atleta que entreno, esta información me es más decisoria o no. Si se trata de un atleta joven no hay discusión. A la mínima , DESCANSO! Si se trata de un atleta con objetivos modestos, casi que lo mismo. Para que entrenar en precario? Cuando mis atletas tienen objetivos más importantes es cuando hay que tomar las decisiones adecuadas. Generalmente asumo que soy muy reservón, si se trata de un entrenamiento de fuerza o velocidad y hay sobrecarga muscular importante, al mínimo aviso suspendo esa sesión. Que utilidad tiene jugarse una lesión muscular en un mediofondista con una sesión de velocidad o fuerza? No le veo sentido. Trabajo la fuerza y la velocidad durante toda la temporada. Tengo clarísimo que una, dos, o tres  sesiones de este tipo anuladas no suponen ninguna pérdida en la capacidad de fuerza o de esprintar de mis atletas. Entonces, para que jugársela? El problema viene a veces cuando el atleta cree saber gestionar la molestia que tiene y al cabo de los días se da cuenta de que aquello ha ido a más. No ha querido dejar de acumular trabajo en un período que considera importante, pero la sobrecarga se le ha ido de las manos. Ni atleta, ni entrenador, a través de las sensaciones de este, han sido capaces de darse cuenta en que podía derivar una sobrecarga mal gestionada. Estamos en un período así. Tenemos atletas con molestias semanalmente. Algunas no han tenido importancia y se han solventado sin  problemas. Otras han sido mal gestionadas por mis atletas: pobre feedback, ignorancia sobre la molestia, valoración no adecuada, etc...El siguiente paso a estas molestias ha sido la opinión de sus respectivos fisios y su posible tratamiento. Generalmente siento que hay poquísimos fisios preparados para trabajar con atletas. No dominan el tipo de trabajo que se hace, ni la temporalidad de nuestra actividad, ni el volumen e intensidad del entrenamiento y muchas veces me encuentro que pecan en exceso de intrusismo, tanto a nivel médico como a nivel técnico. En estos casos, no intervengo en estas decisiones "intrusas". Si el atleta está de acuerdo con su fisio, el gana! En cambio, otras muchas veces tenemos opiniones de verdaderos profesionales, gente acostumbrada a trabajar con deportistas de élite. Dejan siempre al médico el diagnóstico de la lesión, y dan soluciones para no dejar de trabajar, sin fiscalizar el trabajo técnico, a menos que sea estrictamente necesario descansar. En estos casos, cambiar la pauta de trabajo y sentir que la solución del problema tiene día y hora es un placer, y se sale adelante antes y mejor!



No hay comentarios

BLOGS INTERESANTES

© Bislett
Maira Gall