Los cambios generan pequeñas dudas.

Siempre pasa en cambios de periodos, cada semana nueva con cargas nuevas va seguida de unos días de crisis causada por la falta de costumbre a ese trabajo nuevo y a la carga muscular que genera. Si estas lejos de los periodos competitivos no pasa nada, gestionas tranquilamente el momento y descubres que en una o dos escasas semanas el cuerpo rinde con normalidad. Pero si esta pequeña carga generada por trabajos nuevos aparece unida a un periodo precompetitivo o competitivo la cosa no gusta demasiado. Se suceden días en que la carga general va sumando hasta crear un pequeño estado de ansiedad al no conseguir realizar los tiempos que se aspiraba. Sin ser malos, esa primera semana, no es lo que uno espera y aparece la duda eterna de si  se ha hecho bien el trabajo anterior de meses. La verdad es que el máximo rendimiento es un fino hilo del que penden muchísimas cosas y ver alguna sombra a tan pocas semanas de empezar a competir en serio solo puede ser “ignorada” con inteligencia.

 Es lo que nos pasa esta semana con algunos de nuestros atletas. Mientras unos siguen realizando un mesociclo más del trabajo realizado hasta ahora, otros han cambiado porque tienen objetivos más tempranos en su preparación. Las cargas nuevas de entrenamiento han sido un pequeño choque traumático y las piernas se resienten en forma de nuevas agujetas o sensación de pesadez y por ello, los nuevos tiempos no acaban de salir. Esperábamos un buen paso adelante y de momento hemos dado solo un pasito, condicionados por esa carga no deseada pero que no podemos tachar de inesperada, entraba dentro de las posibilidades.

A partir de aquí empieza el arte de entrenar, valorar si lo programado estos próximos días tiene sentido o hay que bajar la carga de las sesiones para recuperar el feeling de los atletas con sus piernas. En tres semanas espera el primer test para unas de mis atletas, meeting IFAM en Bélgica en busca de un buen crono que le permita debutar con la selección española absoluta. Hay que llegar entrenada, descansada y con confianza de poder realizar sin problemas el tiempo al que se aspira. Lo primero se cumplirá, lo segundo también, ya que llegado el momento la bajada en el volumen de entrenamiento será la que haga falta para hacer una buena supercompensación y llegar a punto de poder rendir al 100% de su estado de forma, no el máximo, pero si uno que de garantías de gran rendimiento. La cuestión es que hay que saber poner la inteligencia al servicio de nuestro beneficio para que lo tercero, la confianza, también aparezca en esa primera cita importante. Igual que unas semanas más tarde ocurrirá con otros atletas, la inteligencia y el sosiego son las mejores armas que pueden dar confianza para rendir y conseguir aquello que deseamos. Somos exigentes y cada día queremos correr más, mejorar, superar nuestras marcas entrenando para llegar a la competición con un plus de motivación. No siempre puede ser así por diversas circunstancias, y un cambio de ciclo puede ser una de esas circunstancias. No hay problema, hay que saber valorarlo todo en su justa medida y seguir trabajando mirando adelante. La verdad, en el caso que nos ocupa ahora mismo, hay un dato que es real. Este principio de ciclo, a pesar de lo expuesto, es, números en la mano, mejor que el del mejor año que se ha tenido. Así que tampoco es para estar muy preocupados! Todo volverá enseguida a su sitio para aprovechar una buena oportunidad!