"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

jueves, 29 de marzo de 2012

Cuidando la calidad.

Siempre he sido un entrenador preocupado de trabajar en los ritmos correctos de los objetivos planteados por mis atletas. Esto significa que a la hora de programar he dado más importancia a la calidad de entreno que necesitaba ese objetivo que a la cantidad de entrenamiento que se podría llegar a hacer.
Con el tiempo, he descubierto que para cuidar esa calidad requerida, tenía que pasar por unos estados claros. Tenía que hacer sencillo mi entrenamiento para poder reconocer fácilmente la progresión que buscaba, y no podía poner a entrenar a mis atletas como unos “burros” tanto en la intensidad como en el volumen. La mejor receta estaba en el punto justo de cada cosa.

Está claro que cuanto más entreno acumule, cuantas más teclas toque, cuantos más kilómetros intente correr, cuanto más “machaque” en resumidas cuenta programe, va verse perjudicada esa calidad que busco.  Por eso la cantidad de entrenamiento ha de ser la justa, sin caer en la tentación que tiene mucha gente que cuanto más haga de todo, todos los días, más correrá!  Las sesiones han de estar “limpias”, claras, sin trabajar demasiados aspectos a la vez. Creo que trabajar más de dos capacidades por sesión produce que no trabajemos bien ninguna.  Centrarse diariamente en una o dos capacidades nos asegura el trabajo completo de esa capacidad y nos enseña el camino de una posible solución si hay un problema, situación que se nubla bastante cuando hay muchas capacidades trabajadas a la vez. Al final es complicado distinguir cual fue la responsable del problema o que suma produjo una lesión o situación similar.

En el apartado del kilometraje, pasa exactamente lo mismo. Hay que hacer los kilómetros justos! Ni uno más ni uno menos. En mediofondo corto, un atleta de nivel en 800 metros tiene suficiente entre una horquilla de 80 a 120 kilómetros (hay atletas que incluso con menos), dependiendo de su dedicación, perfil de atleta, objetivo y años de entreno. Eso significa que es posible realizar toda la programación en entre 6 y 9 sesiones semanales. Doblar tres días como mucho es suficiente para intentar llegar a la élite en 800 metros lisos.  Como he dicho antes que me importa mucho más la calidad del entrenamiento y los ritmos, los doblajes que programo solamente se componen de tres rodajes semanales de entre 30 y 40 minutos, eso es todo! Huyo sobre manera de todo aquello que pueda suponer una merma en esa calidad. Hacer kilómetros por encima de lo recomendado para la prueba trabajada merma, hacer sesiones indiscriminadas de fuerza merma,  hacer sesiones mañana y tarde de manera crónica o incluso repentinamente de una forma exagerada merma, trabajar más de dos capacidades en la misma sesión merma, pretender hacer intensidades elevadas con volúmenes importantes merma! La preparación de un atleta que pretende correr lo más rápido posible ha de ser exquisita, un lujo muy bien elaborado y cuidado, no un producto de mercadillo donde todo tiene cabida.

La periodización también tiene un papel importante en esa calidad. Está claro que el mantenimiento de ese nivel de entrenos es difícil alargarla en el tiempo indefinidamente. La periodización es la herramienta más fácil que tenemos para no perder ese nivel de ritmos. Yo hace muchísimo tiempo que he comprobado que dos semanas de carga seguida de una de descarga me permitía trabajar como queríamos con mis atletas, y a ellos les ha sido imposible intentar hacer un 3:1 sin perder toda la calidad e intensidad que buscamos. Nuestra semana de descarga es sagrada, hay que recuperarse de todo el trabajo realizado y reduzco lo que haga falta, hasta llegar al descanso absoluto, si es necesario,  para recomponer el organismo de mis atletas. Hacia el final de la semana tenemos muchas veces el premio, y el efecto supercompensatorio producido por el descanso aparece y nos obsequia muchas veces con cronos para gozar.

Hacer marcas importantes es sinónimo de calidad, por lo tanto, hay que cuidarla por encima de todo. No caigamos en la trampa fácil de que cuanto más abarque más correré. Correr rápido, al nivel que sea para cualquier nivel atlético, ha de ser algo exclusivo, y como las cosas exclusivas, han de tener un nivel, un nivel acorde a la inteligencia y el criterio con el que queramos  programar.


No hay comentarios

BLOGS INTERESANTES

© Bislett
Maira Gall