Los objetivos, los atletas los han de trabajar, no con grandes
frases motivadoras, sino en la pista y día a día. Ya he dicho en varias
ocasiones que las nuevas tecnologías nos estaban llenando últimamente de
artículos técnicos y gurús con pretendidas verdades absolutas, pero que la
verdadera gestión técnica de nuestro día a día no era discernir sobre teorías y
nuevas verdades fisiológicas sino en como aplicar en pista una programación con
sentido común y que los atletas de un grupo la llevasen a cabo.
Siempre
recuerdo que un buen colega, entrenador de una atleta olímpica me repite que él
es “entrenador de a pie y pista”, que le parece muy bien todas las teorías y la
influencia que pretenden ejercer ciertos profesionales, pero que él, lo que
cree que debe hacer es gestionar el trabajo del día a día de las actitudes y
las emociones de sus atletas. Resumiendo, el día a día es procurar que tus
atletas hagan correctamente su entrenamiento. Creo de manera clara que el
rendimiento o la falta de él, está justamente en esa cuestión. No en el “qué”
sino en el “como”. Tengo atletas jóvenes de verdadero talento y mi día a día
consiste en intentar que no se dispersen, que pongan los cinco sentidos en el
trabajo que realizan. Eso, dependiendo del tipo de trabajo a realizar, se suele
complicar. Un ejemplo claro este inicio de temporada es como gestionan el
trabajo de resistencia aeróbica, muchas veces a un ritmo muy por debajo del
óptimo, o, lo más común, con muchos minutos basura al inicio. Es desesperante a
veces ver como ese entrenamiento residual llega hasta incluso la mitad de la
sesión!
Mi trabajo es intentar explicar de manera pedagógica que es
difícil llegar a rendir como podrían con ese tipo de actitud. Por tanto,
volvemos a lo de siempre, la teoría está muy bien, llena de verdades fisiológicas,
pero ay señor!, de lo que se trata de verdad es de saber aplicarla en pista y
gestionando las actitudes individuales y de conjunto de un grupo!
Mi experiencia me indica que un buen rendimiento o no, no
está supeditado tanto a la aplicación metódica de la teoría, sino a la gestión pedagógica de las actitudes de los atletas que entrenamos.
Y por mi experiencia, es tan determinante, que un simple
inicio de temporada iniciado con una actitud más laxa, crea una dinámica
individual difícil de recuperar en los siguientes meses.
Nuestras pistas están llenas de atletas talentosos/as, pero
vacías de una conciencia metódica, a nivel general, en cuanto hablamos de los
deportistas, y en una proporción más grande de la deseada a nivel técnico. Creo
firmemente que si nos preocupásemos mucho más de la formación pedagógica de lo
que significa entrenar y conseguimos atletas más concienciados en sus
oportunidades, el nivel atlético general subiría de una manera espectacular.
Nuestro objetivo como entrenadores de día a día en pista no debe ser
intentar llegar a aplicar la última
“megasesión” del atleta de élite “X” o
la última tendencia del prestigioso entrenador renombrado “menganito”, sino
simplemente educar y formar para que nuestros atletas simplemente amen entrenar
y esforzarse, y se apliquen, y en consecuencia rindan según el talento que
atesoren, ya que el trabajo estará, con esa educación, asegurado.
Una frase mía recurrente que siempre me acompaña, y escucha
quien me quiere oír, es que no llegan nunca
los mejores atletas, sino los más inteligentes! Y es que hasta donde podemos llegar aplicando
esa inteligencia y el sentido común en cualquier actividad, no tiene fin, ni
precio.
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