"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

miércoles, 21 de mayo de 2014

Todos tenemos un loco en nuestro interior.

Hace tiempo que escuché (no en directo) la intervención de Bruno Gajer en la conferencia que dió en Madrid en otoño pasado y me quedé con las ganas de hacer una actualización con su filosofía a la hora de interpretar el entrenamiento de los 800 metros lisos, muy coincidente con mis ideas. Sigo a Bruno Gajer desde, relativamente, poco tiempo. No desde que entrena esa maravilla llamada Pierre Ambroise Bossé, pero si desde unos años antes cuando llevaba las riendas de una atleta que me despertaba bastante interés, Elodie Guegan. La verdad es que a pesar de su joven edad, es perro viejo. Perro viejo que tiene su centro de operaciones en una de las joyas de la corona del país vecino, el INSEP de Paris, con lo que todo ello lleva condicionado al ser el principal Centro de Alto Rendimiento de una potencia económica mundial.

Hace pocos días, Vicente Úbeda nos twiteaba un artículo de Carlos Cordente muy interesante sobre la actual reconocida poca importancia que se le da al VO2max como uno de los factores determinantes del rendimiento deportivo en deportes de resistencia y adornaba sus argumentaciones con los vídeos de la conferencia de Bruno Gajer, y me dije: es la mía! Ocasión para recuperar esos principios coincidentes.

De Bruno, me gustan dos líneas, la puramente técnica y cuya idea principal es que la preparación ha de ser específica a la prueba desde el principio de la temporada, con los ritmos específicos de cada fase de los ochocientos metros, y la otra es la intuitiva, la de aceptar de que no todo tiene una explicación científica y que la aplicación de muchas partes del entrenamiento están basadas en la experiencia, en la intuición y no en la teoría :"lo hago porque siempre me ha ido bien y confío en ello, sin mas base que lo refrende que la experiencia" vendría a ser una declaración de principios válida. 

Tengo que reconocer que, si bien me declaro seguidor de la iglesia "ochocentista" pura y dura, "ochocientos es.....ochocientos" diría un entrenador futbolero, no he sido capaz de ser tan valiente como Grajer y me cuesta sacar la preparación de la prueba del convencional trabajo aeróbico en las fases básicas del entrenamiento. Quizás sea la única apuesta arriesgada que no me he atrevido a poner en práctica. El miedo a lo desconocido a veces frena muchas de las ideas y mi sentido de la responsabilidad se impone a la osadía. Como exponer a un atleta tuyo que te gustaría arriesgar a un cambio radical en una parte de la preparación. Como pedir un cheque en blanco para cambiar algo que funciona y lo que es peor, algo contrastado con la experiencia de los años y la literatura científica, por una idea, que, aunque muy bien argumentada, se escapa de las definiciones clásicas del trabajo de una zona energética específica. Ahí también me siento identificado con Gajer, cuando comenta que los médicos lo tienen por loco por su postura o criterio basado en sus experiencias de campo por delante de las teorías convencionales de trabajo.
Salvando las distancias en cuanto al tipo de preparación, filosofía de trabajo y distancias entrenadas, la primera persona que me intentó persuadir con éxito que la verdad la iba a encontrar día a día en la pista y no en un despacho o un laboratorio, fue Mariano García Verdugo, nuestro ex-responsable nacional de mediofondo, con quien intercambiaba horas de formación técnica en las concentraciones que organizaba la RFEA y a las que tenía el privilegio de acudir junto a mis atletas convocados.

Lo "jodido" (perdón por la expresión) es que pese a mis coincidencias técnicas y mis ideas, esta temporada decidí hacer justo lo contrario. Era una temporada de cambios de estímulos por el agotamiento psíquico de mis atletas ante muchos de los anteriores. Esa necesidad de buscar una nueva "base espiritual" provocó que buscase estímulos nuevos con una característica concreta prioritaria  de "evasión psíquica". Por ello, muchas de las nuevas sesiones buscaron un entorno natural y saqué de la pista muchas de las cosas que realizaba en ella, perdiendo justamente mucho de la carga específica de la prueba. Al mismo tiempo, tuve que corregir la intensidad de otras sesiones para "compensar" esta pérdida de especificidad. Ahora, a las puertas de las primeras competiciones importantes, la valoración de todos, atletas y entrenador, es que hemos acertado. Han asimilado todos los cambios y están a punto para afrontar los ritmos que nos va a imponer la prueba y nuestros objetivo. Están tan o más rápidos que nunca, su potencia aeróbica impecable y superan los ritmos de entrenamientos específicos de la prueba respecto a otras temporadas. Están bien, por abajo, por en medio y por arriba!
Vista esta disyuntiva, esta ruptura por necesidad ante lo que creo, esas dudas de ser osado o no en el futuro y la forma de actuar ante las necesidades psíquicas de mis atletas, llego a la conclusión de que Gajer no es el único loco. Todos tenemos uno en nuestro interior. Es cuestión de dejar que se muestre y dejarse llevar por el conocimiento que pueda tener esa locura apasionada por nuestra profesión.


1 comentario

Jaume Lopez de Egea dijo...


"El deporte no se trata de estar en una nube de algodón. El deporte es una cuestión de adaptación a lo inesperado y ser capaz de modificar los planes en el último minuto. En el Deporte, al igual que en la vida se trata de tomar riesgos ". - Sir Roger Bannister"
Roger Bannister también tiene otra frase que se refiere a que el entrenamiento es básicamente empírico porque hay demasiadas cuestiones y piezas que encajar que influyen en un atleta. La experiencia hace que se tengan en cuenta detalles que pueden pasar desapercibidos a científicos y teorías sobre el entrenamiento.
Estas reflexiones de Bannister es un fiel reflejo de que pueden haber varios caminos para llegar a los objetivos y claro cada entrenador u atleta han tenido diversas experiencias, unas de fracaso y otras de triunfo, esto es lo que marca a la hora de desenvolverse en un programa de entrenamiento. Después también esta el tema de conocer y tener suerte (documentarse) de experiencias de otros entrenadores y atletas de reconocido prestigio.
En referencia a la programación de entrenos nadie esta en posesión de la verdad absoluta.

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