"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cambios de estímulos.

Hoy toca una de entrenamiento! Después de bastantes temporadas con pequeños cambios de estímulos, pequeños retoques, esta que ha empezado pedía a gritos cambiar algunos de ellos por haber llegado a su adaptación completa y haber encontrado una falta de mejora en su realización.

Así, como todo en esta vida va y vuelve, esta temporada decidí volver a aplicar estímulos que, como estos, fueron cambiados en su día por el mismo motivo. Tanto tiempo sin aplicarlos supone que casi ninguno de mis atletas actuales hubieran entrenado esas sesiones y por tanto el estímulo iba a cumplir el principio de adaptación sin problemas y con garantía de éxito a menos que costase su adaptación mental al esfuerzo requerido. Con esta explicación me refiero a dos elementos de carácter aeróbico como son una sesión de “Long run” y otra de Tempo run”, aunque ya el año pasado la tocamos por encima con algunos de mis chicos.

Después de varias semanas de empezar a aplicar ambas sesiones, la valoración es positiva, cada una con lo que ha aportado al entrenamiento de mis atletas. Si bien el objetivo de la “Long run” tiene un carácter de soporte de la preparación “fondera”, eso es, desarrollar la resistencia aeróbica en un nivel energético básico para sentar una base aeróbica desde la cual pueda desarrollar el máximo volumen posible en las sesiones con una cierta intensidad (en resumen, desarrollar R.Aeróbica para poder entrenar más a niveles intensos), al final otro componente tan importante o más como el que buscaba está siendo de muy grata ayuda. No se trata de otra cosa de que el estado de liberación mental que encuentran los chicos cada vez que hacen la sesión en medio de la naturaleza. En ese entorno, hay una liberación del estrés y están encontrando el placer de correr por correr. Al final de cada sesión la lectura no ha sido de aplicar un gran esfuerzo y si de sentirse bien y haber disfrutado del ritmo y del entorno. Objetivo conseguido!

La sesión de “Tempo run” tiene un objetivo claro. Estos últimos años, el estímulo elegido había sido un fartlek con dos modelos diferentes como segunda sesión de potencia aeróbica extensiva. Al cabo del tiempo, he podido comprobar que ya estaba agotado este estímulo, especulando demasiado mis atletas con la intensidad de los cambios, y aún más, con la intensidad de las recuperaciones, volviéndose a ritmos totalmente fuera de lugar para la naturaleza de este tipo de entrenamiento. Por ello, el estímulo elegido era claro, pero arriesgado a la vez, ya que en anteriores ocasiones, mi experiencia había sido complicada, ya que uno de los “contras” de este tipo de sesión era encontrar el ritmo adecuado y demasiadas veces o no se finalizaba, o no se podía mantener el ritmo planteado, ni al principio (demasiado rápido) ni al final (demasiado lento). El objetivo era, y se ha conseguido, encontrar el ritmo “objetivo”. La sesión la desarrollamos en un circuito en la ribera del río Tordera en el pueblo de Blanes, un camino llano con una inapreciable subida a la ida y posterior bajada a la vuelta, para completar un circuito de 4 kilómetros. Mis especialistas “milleros” llegan a hacer dos vueltas, mientras mis mediofondistas cortos se quedan en 6 kms. El entorno, como en el anterior estímulo, ha sido determinante para el éxito de la sesión y mi nivel de satisfacción es absoluto con el cambio adoptado. Esta sesión me está dando más de lo que esperaba y, junto a la anterior, me llena de convencimiento que he tocado dos teclas que me han aportado exactamente lo que buscaba.

Es evidente que este par de cambios inciden sobre todo en esta primera etapa básica de la temporada, aunque mi intención es alargarla, por medio de una progresión y posterior regresión en el volumen hasta bastante adentro de la programación anual.

El tercer cambio importante tiene más que ver con el sentimentalismo que con el entrenamiento en sí, ya que busco la manera de hacerlo hace unas cuantas temporadas hasta haber encontrado este año el modo, y también con el convencimiento de que había llegado hasta la última etapa de la manera de trabajar la velocidad durante las temporadas precedentes. Es a través de la influencia de Jorge Gonzalez Amo y sus magníficas historias de Volodalen que hace tiempo quería trabajar la velocidad en la arena de la playa y mediante subidas en dunas. En el entorno en que vivo no existen el tipo de dunas necesarias, así que durante el verano me recorrí todas las playas cercanas para encontrar lo que buscaba, y lo encontré en la desembocadura del Tordera, donde la playa tiene una pendiente importante. Durante esta etapa básica he aplicado el estímulo tal como me lo enseñó Jorge en una concentración en Ibiza, repeticiones cortas (30-40m) a muy alta intensidad y con recuperaciones inapreciables (10”-15”). Pero ese período ha llegado a su fin y después de pensar durante semanas, para no dejar el entorno, he encontrado la manera de sustituir los arrastres que empezaríamos a tocar en pista para continuar en la arena de la playa.

Esta sesión era una apuesta cuanto menos arriesgada al juntar el “Tempo run” con las dunas, pero la sucesión de las sesiones semanales en Blanes ha acabado convenciéndome de haber creado un buen estímulo que no se interfiere entre sí. La muestra es que la potencia aeróbica del “Tempo” va en aumento y la velocidad de mis atletas, controlada en pista en las semanas de descarga, no ha disminuido para nada. 

Si bien los cambios de estímulos siempre comportan riesgos, creo que estos se han hecho con garantías de éxito, al menos lo que nos hemos encontrado tras hacerlos, a falta de refrendarlo con el rendimiento de mis atletas, así lo indica.


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