"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

jueves, 27 de septiembre de 2012

Sacado de contexto….millones de Tarreses!

Hace días alababa a una entrenadora que ahora mismo está dentro de una polémica importante. La alababa por las palabras que había dirigido a la prensa después de tener éxito en la competición deportiva más importante que existe: Los Juegos Olímpicos!

Sus palabras fueron de gratitud hacia sus deportistas por haber creído a pies juntillas la ruta trazada por ella, en los buenos y los malos momentos y que esa fidelidad a una hoja de ruta había acabado con una medalla para sus deportistas.

Resulta que esa hoja de ruta era más que muy dura y la polémica en la hora del adiós de esa entrenadora ha saltado por unas declaraciones de ex integrantes de la selección nacional de ese deporte. Estas declaraciones han tenido mucho eco en la sociedad. Sin embargo, las actuales integrantes del equipo, han declarado que no son exactamente ciertas las acusaciones contra esa entrenadora. Estas últimas declaraciones apenas han tenido eco. Ya hemos colgado en la plaza del pueblo a la otrora exitosa entrenadora.

No voy a defender a la Tarrés, ni pretendo hacer corporativismo barato, entre otras cosas porque desconozco como trabajaba aunque ella no ha escondido jamás su dureza, ni sus deportistas han escondido jamás su libertad para haber escogido trabajar con ese método.

Pero si voy a defender la figura de los entrenadores en general. Ayer leía en una red social como una persona le comentaba a otra en relación al tema Tarrés: “yo me creeré siempre la versión del deportista de élite”. Yo a esta persona le diré, educadamente, que yo siempre me creeré al entrenador, estaré a su lado hasta que me demuestren de verdad, y el admita, que era un incapaz social y deportivo. Al entrenador honesto con su trabajo, eso sí, no al ambicioso a cualquier precio, dispuesto a lo que sea, incluso a traspasar la línea de la legalidad para llegar a sus fines poco éticos pero bañados seguramente en oro ( y no me refiero a la Tarrés, sino a otros especímenes amantes de las farmacias). Y argumentaré porqué, aunque me deje cientos de detalles para que mi argumentación pueda ser completa.

El deportista es por naturaleza egoísta, muy egoísta. Solo piensa en él. Pocos tienen sentido grupal, a pocos les importa una dinámica de grupo, pocos son agradecidos por el esfuerzo diario de la persona que los lleva. He tenido la temporada pasada mas de una docena de atletas. NINGUNO, NINGÚN DÍA durante la temporada se dignó a preguntarme como estaba, fuera el estado que fuera a entrenar. Podría alargar esta situación a las demás temporadas y al 95% de colegas. Cada uno de mis deportistas ha subido simplemente por él, y solo por él, cada día a entrenar. Y yo, como todos mis colegas, hemos acudido diariamente a entrenar por quien? Por nosotros? No! Por nuestros atletas, evidentemente. Todos mis esfuerzos han ido dedicados a ellos. Yo no he ganado ni perdido nada con los resultados de mis atletas, me he quedado absolutamente en la misma situación. Mis atletas, durante toda sus temporadas han pagado religiosamente sus masajes, sus zapatillas, todo cuanto necesitaban y lo ven lógico!……..Todo? No, un detalle, jamás ni pagaron ni se atrevieron a acercarse a preguntar, “creo que te debo algo aparte de mi gratitud por haberme entrenado.” La mayoría de entrenadores de nuestro deporte da un servicio profesional y recibe una ayuda simbólica de sus clubes de procedencia. Con esto, no pretendo reivindicar ningún pago, ni nada por el estilo, solo quiero mostrar una actitud casi endémica de los deportistas, aunque nos llevemos la mar de bien en el día a día.

He entrenado durante los 15 últimos años, igual que la Tarrés, igual que otros muchos entrenadores. Y yo también en algún momento he intercambiado duras palabras con algún atleta. Es inevitable en tanto tiempo! Sacadas de contexto, podría aparecer igual que la Tarrés en la prensa, pero creo que acompañado de cientos de entrenadores, empresarios, trabajadores, padres y madres, etc…si sumamos, tenemos millones de Tarreses, a pesar de que cada uno se mire su ombligo y no esté dispuesto a darse cuenta. Pero también he tenido que sufrir la mala educación de ellos, y lo que es peor, muchas veces duras palabras dichas a mis espaldas, incluidas, muchas, demasiadas, mentiras. Lo mismo que el resto de mis colegas y seguramente incluida la Tarrés. Pero eso no trasciende, ni trascenderá jamás en ningún sitio. No mientras seamos lo que somos. El último eslabón de la cadena. El último, el que nadie se fija mucho, el que menos importa, pero el que tiene el arte, la sabiduría y el buen hacer para conseguir ese rendimiento que acaba por conseguir los sueños de los deportistas. Somos muy prescindibles para todo este tinglado que dice gestionar  algo llamado deporte y para todos sus seguidores “entendidos”. Cuanto se equivocan!

Señor “persona creyente de los deportistas de élite”, un consejo. La próxima vez, lea, piense, intente ser cauto, ecuánime, y sobre todo, infórmese de lo que tengan que decir todas las partes. Si una de ellas no lo hace, espere pacientemente, no se forme una opinión rápidamente y menos de la parte egoísta del conflicto. Le dejo una de mis frases que dirijo a mis deportistas cuando su actitud no es la mejor y se lo tengo que reprochar. “No me dedico a joder a mis atletas, no puedo perder el tiempo en eso, ni gano nada con ello. Tenemos un compromiso mutuo, y no lo estás cumpliendo”
 
 
 

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