"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

viernes, 22 de junio de 2012

HELP!

Houston, tenemos un problema! Programar una temporada no es un camino de rosas e intentar realizarla tal como se había pensado menos. A veces surgen problemas difíciles de resolver por su complejidad, ya que la solución no está en la pista sino en la cabeza.
Conseguir los objetivos marcados requiere de una condición previa: cumplir al 100% con el compromiso adoptado con ese objetivo. Cumplir NO significa realizar todas las sesiones de entrenamiento, eso es demasiado fácil. Cumplir significa poner el máximo orden necesario y la máxima inteligencia para desarrollar ese programa tal como se diseñó, con los pasos previos, las medidas adecuadas al nivel del objetivo y del compromiso y la firme convicción de querer realizarlo y dejarse dirigir con las normas y actitudes necesarias para lograr ese objetivo. Un ejemplo es intentar asistir a un gran campeonato. Es lógico pensar que nadie irá a un gran campeonato si no pone la actitud para ello. Es lógico pensar que nadie irá a un gran campeonato si no cumple con un orden mínimo de la programación. Es lógico pensar que nadie irá a un gran campeonato si no pone un plus de actitud, motivación y voluntad para ir más allá en cada sesión de entreno para lograr algo excepcional como ser uno de esos elegidos. Y es lógico pensar que nadie irá a un gran campeonato si decide empezar a tomar decisiones por su cuenta dejando de asistir a sesiones o cambiando las condiciones de una programación, por ejemplo. El problema no es solo quedarse sin gran campeonato, el problema es que hay una victima adyacente a todo esto: el entrenador que diseñó ese plan y que vió como su trabajo quedaba reducido a la nada. Este es un ejemplo común de cómo la mente y la actitud juegan determinantemente en el logro de los objetivos, he visto cientos de casos de cómo un gran atleta se perdía ignorando todo cuanto se hacía por él, pero no es nuestro caso ni en el que quiero centrarme.

La mente nos juega a veces una mala pasada cuando queremos, trabajamos, cumplimos, nos sacrificamos y…..no rendimos. Está todo en orden en la pista. Fuerza, resistencia, velocidad, todos los pasos dados correctamente y…de repente una ansiedad desmedida que no nos deja rendir. Misma aplicación del problema anterior. Está claro que si la mente no va con ganas y motivada para rendir, no lo va a hacer. Está claro que cualquier duda al respecto va a mermar nuestro rendimiento. A veces, hasta intentamos engañarnos no siendo conscientes ni realistas sobre nuestro estado. Es mejor ocultarse y negar un problema que poner las bases para solucionarlo, quizás con la esperanza que un mal día lo tenga cualquiera y en la siguiente carrera esa ansiedad no aparezca. Los problemas existen, y no son ajenos a cualquier atleta. El rendimiento no está en el logro de un entrenamiento, está completamente al 100% en la gestión de las actitudes y la inteligencia. Se puede llegar a tirar una temporada entera de un grandísimo atleta en gran forma decidiendo cada paso en la dirección equivocada. Tampoco el entorno a veces es el mejor. Como con la selección de fútbol (se han contado 40 millones), empiezan a aparecer técnicos de debajo de las piedras, cada cual con su idea, cada cual dispuestos a decir la suya, sin tener ni tan siquiera idea de que tipo de compromiso se tiene con el atleta. Es común, muy común, por ejemplo, que atletas con objetivos sencillos intenten mediar con su opinión, como si el atleta en cuestión tuviese los mimos objetivos sencillos que él. No hablamos del mismo atletismo, ni de la misma gestión de problemas, ni de la misma actitud, ni de la mismas soluciones de las decisiones a aplicar. No se puede comparar un atletismo de base, o de club, con un atleta que intenta llegar a la élite.

Lo que manda cuando hay un problema a resolver, sea del nivel atlètico que sea, es la tranquilidad, las ideas claras y mantener los principios y valores comprometidos en la consecución de los objetivos fuertes y seguros. Como he dicho antes, lo más fácil es tirarlo todo, dejar de valorar todo cuanto se ha hecho, ignorarlo y despreciarlo. Soluciona algo? Nada! Solo sirve para mostrar un egocentrismo sin sentido y un egoísmo individualista. Esta solución solo sirve para aquellos que no tienen valores, no hay nada que explicarles, no hay solución alguna ante estas actitudes. Prefiero, y siempre lo he intentado, aunque muchas veces con muy poco éxito debido a esta sociedad en evidente crisis de valores, que mis atletas piensen, reflexionen, valoren y busquen la solución exacta a sus problemas que no les haga perder sus objetivos y que un mal momento solo quede en un pequeño mal sueño pasajero. En este caso, estoy seguro que así se hará. Houston, si ellos pensaron y volvieron, como no lo vamos a hacer nosotros?


1 comentario

Anónimo dijo...

buen articulo andreu,explico mi caso para el quien le interese, no soi atleta de elite pero tengo mis objetivos marcados, despues de entrenar duro toda la temporada, llegan las competiciones y el colapso de las siguientes formas:
- muy poco concentracion para realizar la activacion inicial antes de competir
- ritmo de carrera mas lento del que podria llevar por el miedo a reventar
- despues de todo el estado ansioso previo, al llegar el momento de salir me relajo demasiado
y despues de leer todo esto algunas diran, y para que compites? supongo que por lo que tu has dicho, para intentar gestionarlo, superar el reto y que nos sirva para otros ambito de nuestra vida mas importantes que una competicion, yo de momento aun estoy en el intento.

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