Cuando lo que se quiere (y se puede) es más!

Una semana demasiada ajetreada de ocupaciones varias me han tenido alejado de mi blog. Una semana en al que pasaban cosas importantes. Meeting marcado en rojo, debut en selección absoluta, etc… El resumen de los últimos días es de inconformismo por mi parte. Mis atletas, de manera más o menos acertada según el caso, han saltado a por sus objetivos, pero no han conseguido lo que perseguían, aunque tampoco hemos obtenidos resultados negativos, al contrario.
 
Esta situación se ha dado porque sabemos que queremos y podemos conseguir un resultado mejor de lo que hemos realizado. Vamos detrás de un salto grande que no acaba de llegar. Tenemos resultados de calidad, que pocos años atrás nos hubiéramos dado con un canto en los dientes por conseguirlos, pero ahora…., ahora ya sabemos que podemos hacerlo bastante mejor…..y se nos resiste!

Cada competición importante para nosotros que pasa, me doy más cuenta de la importancia de la actitud y la seriedad en el trabajo. Yo miro a esos atletas que han llegado y los veo superiores al resto, pero no les veo una superioridad física, les veo una superioridad mental determinante. Saben que son buenos, saben que tienen talento….luego, lo aprovechan tanto entrenando seriamente como compitiendo aún mejor. Así se consiguen las marcas importantes! Luego está el carácter de cada deportista y del como consigue esos resultados. Aquí hay de todo, pero yo elijo una única vía. No me interesan los que tienen un egocentrismo y un individualismo marcado, tampoco los que están dispuestos a lo que sea para llegar. Yo me quedo con aquellos que de manera inteligente y con una actitud exquisita con su prueba, rivales y entorno, saben gestionar perfectamente una progresión en su carrera deportiva. Siempre lo he dicho. Me gusta el término inglés de “gentleman” para mostrar con que tipo de deportista me gustaría trabajar y llegar.    

La cuestión es que aún nos falta ese grado de excelencia, y lo digo a todos los niveles, no solo de mis mejores atletas. El miércoles mismo fui a una competición donde el nerviosismo y la tensión se comió entero a uno de mis chicos sin ninguna razón de peso. Hay que saber disfrutar de este deporte, y hay que saber competir, sacar lo mejor de uno mismo y quedar satisfecho del resultado obtenido. Ese grado solo se consigue con trabajo serio, trabajo serio en el día a día en TODAS las sesiones de entrenamiento, incidiendo hasta en el más ínfimo de los detalles de la sesión. Para buscar hasta la última décima que creemos valer, el camino es encontrarla cada día en nuestro trabajo, y crear todas esas adaptaciones de mejora con la gestión de un descanso y unos buenos hábitos entre sesión y sesión. El engranaje que tiene como premio dar un salto cualitativo importante es tan exacto como el de un reloj suizo, y depende de cada uno ser disciplinado con sus propios objetivos y su actitud correspondiente.

 
El miércoles esa tensión exagerada, el jueves ese plus esperado de motivación para enseñar realmente lo que se vale, el sábado la demostración de una mala gestión de los últimos días. Los tres días unos buenos resultados. No está mal, lo saboreamos y lo valoramos,  pero sabemos que queremos (y podemos) más! Mucho más!!