"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

sábado, 3 de mayo de 2014

Intrusismo infumable.

Hola a todos! Después de algunas semanas sin poder escribir, vuelvo a la carga! Demasiadas ocupaciones atrasadas me han impedido hacerlo, pero hoy vuelvo con bríos un poco incendiarios y bastante guerreros.

Cuando entrenas a atletas con talento que se van haciendo adultos y pasan a tener más necesidades para perfeccionar su rendimiento, el equipo, poco a poco, se va ampliando. Médico, fisiólogo, psicóloga, fisioterapeuta, nutricionista son elementos que se van incorporando en la medida que nuestro atleta va adquiriendo madurez y un rendimiento más alto. También, por aumentar nuestro círculo de relaciones debido al nivel deportivo, empiezan a pulular o aparecer personajes, que bajo una buena licenciatura relacionada con nuestra actividad y que por ello, quizás escuchamos o recurrimos a ciertos o puntuales servicios, acaban mostrándonos e intentando captar a, cada vez más, nuevas pseudociencias dirigidas, increíblemente, a gente formada y con recursos, para: a/ establecer una dependencia, y b/ enriquecerse a través de esa dependencia.

Hace pocos días, aconsejados, consultamos a un fisioterapeuta licenciado sobre unas molestias concretas, bajo la seguridad de que ese personaje podría darnos una solución a un pequeño problema, que si bien nos deja entrenar perfectamente, es un pequeño incordio muchas veces presente. Mi atleta acudió solo a esa consulta, y por lo visto, encajaba perfectamente en el perfil de persona que podría resultar influenciable y captable a la causa.

El fisioterapeuta haciendo gala de un intrusismo sin nombre, dejó su ocupación de lado para intentar “vender” su producto. Se presentó como Psiconeuroinmunologo y pasó a vender su pseudociencia, los productos relacionados y su método de entrenamiento basado en los movimientos básicos del hombre del Paleolítico, el “Paleotraining” y su particular manera de llevarlo a cabo, Paleonutrición por ejemplo! (Nada de burritos, nada de pizza, nada de Cokes, nada de birras, solo los alimentos que podía encontrar el hombre en el paleolítico! Por dios Ferràn Adrià! Di algo!).
A través de una explicación llena de vocablos técnicos, el “infumable” individuo vino a decir que la ciencia, SU ciencia, demostraba que la práctica médica convencional iba hacia una dirección equivocada y que su Psiconeuroinmunología tenía la respuesta global a toda curación, sobre todo a la curación del mal de mi atleta. Con habilidad, utilizando las palabras precisas, jugando con las emociones de alguien que acude en busca de aferrarse a un clave ardiendo, creó la precisa confusión, para que una vez fuera, mi atleta mostrase un pequeño poso de influencia y estableciera dudas razonables sobre que habían hecho sus médicos hasta entonces y lo que le ofrecía el “chamán” de turno. Por supuesto, de eso no había duda alguna, para empezar había que abrir la cartera!

Como técnico, después de esa experiencia, tuve que hacer horas extras para volver a hacer entender a mi atleta, de lo equivocada y peligrosa que era esa propuesta (el “gran mufti” le llegó a dar el teléfono de un ganadero donde comprar, directamente y sin intermediarios, la carne adecuada a la dieta que debería seguir, UN VERDADERO PELIGRO!), También el resto del equipo que lo lleva tuvo a intervenir para poner cordura en la historia. Sin embargo, me rindo ante la habilidad del “gran salvador”, a día de hoy, mi atleta aún tiene en mente la posibilidad de porque no probar nuevas “vías” si las médicas convencionales le dan diagnósticos que no le gustan. La habilidad de este nuevo (y nuevos, porque se multiplican) dios para influenciar y captar nuevos adeptos, está fuera de toda duda.

La cuestión, es que cada vez más surgen personajes que tienen “algo” que decir autoproclamándose “guardián de todas tus soluciones”. Pseudocientíficos, o simples profesionales que cruzan la línea de donde acaba su labor, o los amigos y conocidos de turno que sin ninguna formación específica recomiendan tal u otra solución. Las personas, y si destacan aún más, recibimos demasiada información con poca o nula precisión y mucha, demasiada, carga ignorante.

En deporte, esto es un verdadero peligro. Perder el control del sentido común es sinónimo de pérdida de rendimiento, pero cuidado, aún más, el precio a pagar puede llegar a ser más alto. Calentar banquillo un par de añitos es una posibilidad nada despreciable cuando de seguir a estos “vendehumos” se trata.


2 comentarios

Anónimo dijo...

Coincido totalmente contigo Andrea. Lo que me parece más triste a la vez que preocupante es que situaciones como esta que describes cada vez se dan con más frecuencia y ahora salen como hongos perroterapeutasflauta que como muy bien dices tienen una titulación universitaria y parece que eso ya les capacita para tener el dón de hacerse expertos en todo lo que pillan en su campo visual o imaginativo. Y además lo intentan avalar cobrando un pastizal, porque en este país también tenemos la curiosa costumbre de mantener una relación directa e inequívoca entre los conceptos caro y bueno, pero eso si, poniendo más interés en saber qué es lo caro sin tener claro qué es lo bueno...y así nos va.

Al margen de este comentario aprovecho para felicitarte por tu blog y por tu trabajo como entrenador. En ambas tareas te sigo y aprendo. Saludos.

Miguel.

Andreu Novakosky dijo...

Completamente de acuerdo contigo, Miguel. Y muchas gracias por los halagos. Intentamos trabajar lo mejor que sabemos. A veces acertamos y otras tantas erramos, intentando asumir y corregir esos errores.

BLOGS INTERESANTES

© Bislett
Maira Gall