"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

viernes, 13 de abril de 2012

A punto de cerrarse la última puerta.

El atletismo de cada uno, haya hecho la prueba que haya hecho, es una larga carrera de fondo. Yo llegué a él de manera casual, en tres partes. Una primera testimonial, mis padres me apuntaron en el colegio con 10 años y yo me negué, llorando, porque todos mis amigos hacían voley, y me fui para allí. Un segundo intento que duró un mes gracias al padre de un amigo que era profesor en un colegio donde hacían esa actividad. Allí debuté en mi primer cros escolar, en el Serrahima! Y una tercera y definitiva el primer día que conocí a mi primer entrenador y padre de la criatura/entrenador que soy. El primer día que conocí a Florenci, me propuso hacer atletismo después de castigarme con correr toda la hora de su clase de educación física en su primer día de cole trabajando. Era mi “profe” de educación física, era muy joven, era su primer trabajo, y el primer día le tomé el pelo, y me castigó! Bendito castigo! Desde ese día, nunca más he dejado nuestro deporte.

A partir de ahí un largo recorrido de unos 12-13 años corriendo como atleta, hasta que un día ya ejerciendo de entrenador y corriendo un 800 metros con un atleta entrenado por mí, me di cuenta que me importaba mucho más lo que estaba haciendo él que mi propia carrera. Fue mi última carrera y fue en la final del Campeonato de Catalunya absoluto en el Estadi Olímpic. A partir de ese día, ya solo he sido entrenador.

Todos esos años corriendo, estuvieron llenos de vivencias, de carreras que uno siempre recuerda, como el día que descubrí que los 800 metros era mi prueba, al ganar una serie de un control en una vieja pista de Cornellá, haciendo 2’07’’ pero disfrutando como un niño de esas dos vueltas. O como el día que me gané mi sitio en el equipo absoluto de mi club de toda la vida, mi único club, el Centre Atlètic Laietania, para participar en la liga catalana. Era un juvenil que veía esa competición como lo “más”, yo corriendo con seniors! También fue especial el día que bajé por primera vez de 2’, otra vez en Cornellá y otra vez ganando mi serie. A partir de ahí, como siempre pasa que se superan barreras, baje cuantas veces quise………hasta mi 1’53’’2, mi mejor marca personal. Yo que no aguantaba ni 10 metros más allá después de traspasar la línea de meta de las dos vueltas, me encontré que no pude hacer “El ochocientos” de un verano al encontrarse la pista del Serrahima cerrada para acondicionarla para nuestro viejo meeting de siempre, aquél que trajo a Ovett, a Walker y a tantos otros, me ví con la oportunidad de coger el coche y salir pitando a Sant Celoni para llegar a tiempo de otros de mis recuerdos de siempre. Habré corrido unos 7-8 milquinientos en mi vida, pero solo en uno bajé de los 4’. En aquél, el día en que iba a por marca en 800 en Barcelona y acabé dando una última vuelta agónica para acabar en 3’58’’ en una bonita pista en un pueblecito al pie del Montseny.

Por qué toda esta melancolía de batallitas de viejo? Porque en todos estos recuerdos, también hay sitio para uno especial. He vivido tres carreras de relevos 4x400 que siempre recordaré. Mi primer record del club, acompañando a uno de los mejores ochocentistas que ha tenido nuestro club, Manel Clavell, a nuestro actual presidente, Carmelo Comerón y a un gran entrenador de reconocimiento nacional en la prueba de pértiga como Norbert de Haro, mediofondista en su etapa joven y “combinero” en esas fechas en que por primera vez batí un record del club. Mis otros dos recuerdos fueron en mi mejor momento como atleta. Junto a un atleta entrenado por mí Xavier Camps, junto a un gran velocista, Oscar Valdivielso y junto a un gran vallista, Moisés Góngora volví a rebajar esa vieja marca del anterior cuarteto por dos veces, hasta dejarla en unos muy buenos, pienso, 3’20’’07.

Hasta el día de hoy, mantengo mi nombre en el actual record de mi club de 4x400 y de eso ya han pasado unos 25 años desde mi primer record, demasiados!

Como toda puerta que se abre y se acaba cerrando, lo último que me quedaba como atleta aún, está a punto de acabar, y se merece un sentido homenaje por mí. Esta vez es irremediable. Si nada raro ocurre, este domingo, 4 atletas de bastante nivel, 3 de ellos muy por debajo de los 50’’ en 400 metros lisos y uno de 50’’ y pocas décimas, cerrarán la última puerta abierta que aún mantenía como atleta: mi record de 4x400 metros lisos.

Creo que este recuerdo bien merecía por un día, que el atleta protagonista de este blog fuera este humilde entrenador que un día fue corredor.


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