Generalmente, desde que
inicio los entrenamientos allá por septiembre hasta que realizamos la primera
competición pasan entre 6 y 8 semanas de entrenamiento. Cada temporada, la
primera competición me enseña tanto la buena actitud y forma de algunos de mis
chicos, fruto de ser aplicados con su trabajo diario, y las carencias que hemos
ido acumulando esas primeras semanas de entrenamiento, producto de malos
hábitos adquiridos con el tiempo.
Esta temporada no ha sido
una excepción y la primera competición ha situado a cada uno de mis chic@s en
el sitio que le corresponde por el trabajo y actitud empleado estas primeras
semanas.
Por un lado estoy
contento ante la aparición de un compacto y bien avenido grupo de atletas
jóvenes, en los que la punta de lanza, tres chicas de muchísima calidad, me
recuerda a aquellos años en que tres chicas cadetes iniciaron una dinámica que
transformaron este grupo de entrenamiento y nos hizo vivir a muchos
experiencias que nunca habíamos imaginado que podíamos vivir. Esa dinámica ha
provocado tras todo lo vivido, que a día de hoy, los objetivos del grupo sean
realmente motivadores e ilusionantes. Junto a estos jovencit@s, otro grupito de
atletas, más adultos, entrenan de manera muy seria cada uno por su objetivo día
a día. Cuando se pone actitud y se es aplicado en el trabajo sorprende
gratamente ver como todo sale rodado y se mejora de una manera importante lo
realizado en temporadas anteriores.
Y también, por supuesto,
hay el grupo de atletas, que por circunstancias y creencias diversas de cómo se
ha de entrenar, pierden oportunidades importantes de dar un salto de calidad y
actitud en estas primeras semanas. De todas formas, todos tienen buena dinámica
y el ambiente es realmente muy bueno en el grupo. Así como a nivel general
todos tienen cosas buenas, como acabo de decir, también es verdad que a veces
se impone un pequeño “toque” de atención en forma de charla reflexiva para que
se den cuenta que muchas veces trabajamos apalancados en hábitos que pueden
quitarnos mejora y progresión en los meses posteriores.
La experiencia me indica
que los malos hábitos adquiridos aparecen en aquellos trabajos más fáciles de
realizar. Hacer demasiados minutos basuras en las sesiones de resistencia
aeróbica, interrumpirla varias veces para sacarse ropa, ir al WC
colectivamente, abusar de terrenos no aconsejables por tener demasiados
desniveles, provocan de manera contínua que sesiones de 40 a 60’ se transformen en apenas 30’ de rodaje. Otras sesiones
afectadas podrían ser los estiramientos dinámicos, el reforzamiento abdominal,
la vuelta a la calma posterior al finalizar la sesión, la atención en la
ejecución de los ejercicios técnicos…aparte de pautas importantes
correlacionadas con el entrenamiento, como la hidratación, el olvido de ropa y
material adecuados, etc… No es una norma general, pero si resulta que en una
larga lista de atletas de un grupo, algunos tienen una de esas carencias e
influencia a otro con la misma manera de ejercer una dinámica, al final, sin
ser algo importante, te das cuenta de que a bastantes deberías corregir algún
mal hábito adquirido por dejadez.
2 comentarios
Pues nada Andreu mano dura que segur que te seguiran a muerte!!
Mano dura no es el método, ni tampoco lo aplico, ni tampoco se trata de que me sigan a muerte. El objetivo no es otro que cada uno consiga superarse y que su sacrificio acabe llenándole de satisfacción personal por lo conseguido.
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