"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

martes, 12 de noviembre de 2013

LEONES POR CORDEROS.

Tengo un atleta que cada día me envía su pantalla del móvil con el registro de su rodada del día, y apenas la miro. Cada día espera de mi la bendición a esos ritmos increíbles a los que rueda y simplemente le doy un OK de aprobación, de leído. Un día se me enfadó porque no valoraba esos ritmos estratosféricos, y le dije que no me interesaba en especial sus ritmos de rodaje, que me interesaba muchísimo más por todo aquello que no me enviaba o explicaba, o sea, el resto de la programación entera. Aún así, siguió enviando el resto de los días solamente la misma pantalla………….

Esta anécdota real sirve para ilustrar el porqué de la utilidad, por encima de todo, de la inteligencia en la gestión del entrenamiento, muy por encima de los ritmos increíbles a los que un atleta puede trabajar. Anécdota, por otra parte que ha tenido continuación.

Después de más de dos meses de entrenamiento, entre la semana pasada y este último domingo hemos debutado en competición todos los atletas de mi grupo, incluido el protagonista de la anécdota. Este atleta se presentaba ante su primer cros en una forma física envidiable, aunque lo único que estaba siendo capaz de gestionar y lo único que le preocupaba eran los ritmos de la resistencia aeróbica y los tiempos de sus series. El resto del entrenamiento, así como todo lo que lo rodea, lo ha ignorado bastante. Tanto lo ignora, que ante la prueba que tenía esta semana, se calzó unas pobres zapatillas de 4 clavos pequeños sin ser capaz de darse cuenta de la situación del suelo por donde iba a correr. Resultado? Con una gran forma, perdió una gran cantidad de puestos en la parte final de la prueba por las condiciones del suelo. Entonces, de que sirvió esa espléndida forma si la inteligencia para gestionar la carrera y las decisiones que había que adoptar antes de empezar no aparecieron por ningún lado? Esta es la muestra más fehaciente de entender realmente QUÉ tiene importancia en la gestión del entrenamiento. Forma física de 10 para un 6 de rendimiento. Algo no cuadra! Y para rematar esa falta de cuadratura los malos apoyos derivados de la situación del suelo y de la falta de aplicar buenas decisiones han acabado con molestias que, de momento, suponen 3 días de descanso absoluto. Hoy hablábamos y me explicaba que no iba a caer en el mismo error de siempre para estar parado un mes, sin darse cuenta………..de que ya había caído!

Una vez más se demuestra que batir el record del mundo cada día entrenando no sirve de mucho si la cabeza no demuestra ser privilegiada para ser capaz de sacar el mismo rendimiento compitiendo. Y esa es la gran cuestión! Esta anécdota, puede servir como muestra muy clara de cómo un buen estado de forma no se traduce en un buen rendimiento por falta de gestión intelectual, pero muchas más situaciones análogas, o que no lo son tanto a primera vista pero hablan de la misma falta de capacidad, acaban con la misma falta de rendimiento competitivo.
Sigo indagando y dispuesto a aprender nuevas fórmulas, escucho con atención nuevas técnicas de entrenamiento, pero cada vez que estoy en ello, mientras aprendo y descubro nuevos sistemas, una parte de mi cabeza piensa de que sirven todas esas cuestiones si lo realmente eficaz es lo más difícil (y a la vez lo más fácil de aplicar) que entiendan los atletas: GESTIÓN Y CAPACIDAD INTELECTUAL para llegar al máximo rendimiento. Sigo en Facebook los comentarios y actualizaciones de varios amigos entrenadores, muchos inciden en lo mismo, principios del entrenamiento (nuestro ABC) , artículos interesantes de donde podemos sacar nuevas ideas para aplicar en nuestros atletas, etc…Pero a pesar de que cada uno tenga su visión técnica, tengo claro que el denominador común a todos nosotros es como conseguir que nuestros deportistas consigan aplicar ese trabajo físico con una gestión de 10, acorde con la calidad del trabajo que pretenden desarrollar para conseguir sus objetivos. Creo firmemente que a la postre es lo que les rompe la cabeza en el día a día cuando trasladan su trabajo del papel o el ordenador a la pista, el gimnasio o el campo.

Parafraseando y haciendo el símil con el título de una de las últimas películas de Robert Redford sobre la crisis actual de valores en la juventud, puedo asegurar que la gran mayoría de los atletas que entrenan, por ignorancia, miedos, soberbia, pasotismo u otras muchas variables de conducta, son LEONES entrenando, convertidos en CORDEROS compitiendo.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Noviembre, declaración de intenciones.

Llega noviembre, inicio de una nueva temporada y del debut competitivo tras unas ocho semanas de entrenamiento. Casi todos los atletas que entreno empezarán un nuevo año en el Cros de Santa Coloma de Farners, un sitio habitual para nosotros cada noviembre.

Tras esos dos meses de entrenamiento, noviembre ya permite ver las intenciones de cada uno de los atletas que entreno, sus posibilidades, su actitud delante del trabajo, delante de sus objetivos y su sacrificio para conseguirlos. Quizás estas últimas cosas que haya dicho sean de “perogrullo”. Qué atleta no hace eso para conseguir sus sueños? Pero no, a lo que yo me refiero va un poco más allá. Me refiero a la confianza interior de cada uno de los atletas de estar seguro de que trabaja para ese objetivo que tiene como meta. No se trata del machaque, ni de los tiempazos en las series, ni el ritmo frenético de rodaje, todas variables físicas. Ni tampoco del sacrificio. Se trata de la confianza en uno mismo de saber que aquello que ha empezado hace ocho semanas le va a llevar hacia donde quiere ir. En estos dos meses de entrenamientos, yo ya he podido comprobar quien está plenamente convencido de lo que hace y la manera de transmitir esa sensación de “mister, quiero más! mister, esto va a salir si o si!”
Siempre he creído que los inicios de cada temporada marcan la pauta del resto del año, pero no el desarrollo de las sesiones, sino esa declaración de intenciones que ocurre día a día cuando aún podemos dirigir con la cabeza despejada y aún no fatigada, las primeras sesiones comprometidas a las que se enfrenta cada atleta.

La cuestión es que la “cosa” pinta bien, habiendo dado pasos claros de cambio de actitud en ese tipo de intenciones. Queremos más y a las condiciones físicas se ha unido ese compromiso y seguridad de poner todas las intenciones para conseguir una mejora incuestionable.
Como todo reto pasa por una evaluación, en el caso de nuestro deporte, continua hasta conseguir cumplir ese reto, ese examen continuo empieza mañana y dependiendo de donde situemos los objetivos, vendrá rápidamente o tendrá un largo recorrido. Es el ejemplo de una de mis atletas, que ha hecho una preparación impecable para intentar la primera de sus apuestas, volver a vestir de roja en un campeonato de Europa de cros. Será una de las que debute mañana, con el objetivo de soltar adrenalina y comprobar que todo, piernas, mente, material, está en su sitio de cara a las dos próximas semanas. En las sesiones diarias su estado es perfecto para la apuesta, tiene un ritmo “rocoso” ideal para el cros, así que la única cuestión es esa confianza en ella misma, esa declaración de intenciones que deberá plasmar en la competición.
En la parte “largo recorrido” el debut competitivo debería representar mas o menos lo mismo. A pesar de tener meses por delante para empezar a vislumbrar los objetivos, la seriedad y la actitud competitiva debería asomar desde el principio. La cuestión es que delante de objetivos excepcionales, la actitud también ha de serlo y cuanto antes se empiecen a hacer los deberes, más aplicados demostraremos ser.
A veces ocurre, como está sucediendo también, que esta declaración de intenciones sorprende a algún atleta con un estado de forma excepcional, inesperado, un salto cualitativo importante. Un estado de forma que invita a soñar con objetivos que no estaban planteados inicialmente y que, si bien no hay que renunciar a ellos, hay que tener los pies en el suelo para seguir en la misma línea si no se consiguen a pesar del dulce momento que se puede atravesar.

Por todo esto, noviembre supone el inicio de la temporada, el inicio de nuevos sueños, una clara declaración de intenciones.


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