El período navideño, siempre ha supuesto el punto de
inflexión sobre aquellos atletas que tienen claro sus objetivos y los que no.
Es un período donde toda la dinámica cambia. Entran en un espacio vacacional
donde su rutina se ve rota en el sentido de la desorganización de no tener ya
obligaciones de estudios, ni cumplir horarios exigentes.
Cambian todas las rutinas….menos las deportivas! El horario
y el tipo de trabajo sigue siendo el mismo, pero con el problema de que ya no
se ha de compartir con otra actividad formativa, sino con la dinámica del resto
de compañeros ajenos al deporte y eso entra en conflicto con el orden y
organización que había establecido hasta entonces.
La decisión de cómo llevar este período, además, es
completamente autónoma. Seguir con pautas correctas o no vendrá dado por el
grado de compromiso que tiene uno mismo con su deporte.
Si bien tenemos que saber que nuestro entrenamiento deberá
ser compartido ineludiblemente con las obligaciones familiares de estos días de
fiestas, el resto del tiempo de este período debe intentar ser organizado de la
misma manera a la que estamos acostumbrados. Horas de sueño y organización
horaria de estas horas, actividades diarias, obligaciones y responsabilidades,
no deben variar porque otras personas ajenas a nuestra actividad decidan que es
tiempo de “dolce far niente” o como se dice ahora y está tan de moda “Carpe
diem”.
Con los años he podido comprobar que atletas que gestionaban
bien este período salían reforzados en su preparación, y en cambio otros que
entraban en una dinámica completamente vacacional, incluso dejaban su actividad
a la vuelta de vacaciones………..hasta darse cuenta de su error y lo volvían a
intentar al siguiente septiembre.
A pesar de entrenar a gente de un nivel importante, al ser
un entrenador de club, esta es la experiencia que año tras año he podido
comprobar en muchos atletas de club, incluso en algunos de estos importantes!
Parece curioso, pero el “profesionalismo” enseñado por los diferentes atletas
en períodos de trabajo, y que debería acentuarse en períodos vacacionales,
sufre un bajón en días como estos.
No deja de ser sintomático que simplemente por tener unos
días más relajados en cuestión de obligaciones, eso pueda llegar a activar una
actitud más “pobre” que cuando el estrés semanal domina los períodos de entrenamientos
y pedimos a gritos unos días como estos, justamente para………..entrenar
duro!
Cuento esto mas como vivencia pasada que no presente, porque
me da la sensación de que por primera vez en mucho tiempo, el 90% del grupo
está centrado en su trabajo deportivo con responsabilidad. En todo caso, a la
vuelta a la normalidad del mes de Enero,
primeras competiciones de pista cubierta, donde el entreno, el como se ha realizado,
y el como se ha empleado todo este tiempo, pondrá rápidamente a cada uno en su
sitio. Esperemos que con marcas esperanzadoras!
2 comentarios
Está claro que el tiempo nos pone a todos en nuestro sitio, algo que en fases del año como ésta se acentúa un poco más, sobre todo a la vuelta de las "vacaciones". Tus chicos son "güena gente", volverán con los deberes hechos y así no tendrán que escucharte aquéllo de "ya lo decía yo".
Vi a dos de tus chicos por aquí por el sur, me gusta que estén "a tus órdenes".
Un abrazo grande
Estoy completamente de acuerdo contigo. Yo también soy de los entrenadores que tienen que dar muchas explicaciones a atletas y padres sobre el por qué, en un periodo vacacional que se encuentra incrustado en plena temporada, debe ser utilizado para aprovecharlo entrenando y no aprovecharlo, como el resto de los jóvenes. Aquí está la diferencia entre el buen atleta y, por decirlo de forma suave, al que le falta madurez deportiva.
Enhorabuena por tu artículo.
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