Digo mientras salgan bien ya que es común que cuando las cosas no salen tan bien como un atleta espera, este gire su mirada y responsabilice a su técnico de la no consecución de un objetivo, obviando que esa decisión fue consensuada. Es más, demasiadas veces, haciendo gala de una buena dosis de mala memoria, se olvida que las decisiones fueron consensuadas y esgrimen una “obligatoriedad técnica” para haberlas hecho.
Muchas veces he sentido estar más solo que la una cuando un
atleta me ha reprochado alguna acción sobre la preparación o la competición,
olvidando que, me otorgó su confianza para acertar o errar, o, decidimos
conjuntamente sobre algo errado.
Es el riesgo de querer hacer algo grande, sin ser nada aún,
como me pasa. Somos técnicos sin crédito para errar, sin confianza para valorar
en su justa medida lo que se consigue.
El caminar buscando el éxito en este deporte no es un camino
de rosas, al contrario, es un camino lleno de dificultades, de un constante
caer y levantarse. Y caer significa errar. Y errar, significa que no se tomaron
las mejores decisiones, individuales y en equipo. Y levantarse significa
reconocer los errores sin reproches, tener memoria, y seguir andando. Este
simple significado de las palabras que componen el camino al éxito no deberían
nunca olvidarse. Ni renegar de los errores del pasado, de todos se aprenden, ni
confundirlos. Algunos que parecen que lo fueron, en realidad fueron una gran
enseñanza o un gran logro, siempre en equipo, por más que vinieran por malas
sensaciones o experiencias.
El trabajo de entrenador, está lleno y salpicado de estos
errores. Imposible acertar siempre en todos los campos! Y solo se puede llevar
a cabo, bajo una profunda confianza en él, sabiendo que habrán muchos errores
en el camino y asumiéndolos como propios del equipo. No puedo entender como el
ego de un atleta y su egoísmo pueden pretender reprochar a un técnico que
intentó “joderle” con tal o cual decisión.
Me he encontrado a lo largo de los años con algunos casos de
estos, los cuales me han hecho reflexionar muchísimo si vale la pena tanto
esfuerzo, tanto trabajo y tantos “gestos” (demasiados, durante muchos años)
durante tanto tiempo, para que se valore de esta manera el trabajo de un
entrenador.
Por suerte, los atletas íntegros, solidarios y agradecidos,
al menos en mi caso, son una gran mayoría. Y valoran mi trabajo, como se ha de
valorar. Y aunque parezca mentira, la sucesión de errores comprendidos,
asumidos, y corregidos por parte de ambos (atleta y entrenador) siempre tiene
el mismo final: una buena decisión técnica presentada por un entrenador
comprometido con su atleta y aprobada por un atleta comprometido con su
entrenador, que llevan a la consecución de los objetivos deseados! Es lo que
podríamos llamar: “Errar con éxito”!
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