No hay nada que me motive
más que construir un atleta. Empezar de cero, con el talento que atesore, sea
poco o mucho y marcar unos objetivos en el tiempo y ver a través del trabajo
planteado, el sacrificio de ese atleta y como va superándose semana a semana,
realmente hace que este trabajo tenga pleno sentido y me llene.
Construir a atletas con
un talento increíble, construir atletas que al empezar solo pueden poner de su
parte toda la dedicación que haga falta porque no son talentosos, construir
sobre las ruinas que dejaron otros haciendo un doble trabajo, en lo físico y en
lo mental, solo son algunas de las maneras de construir que me he enfrentado
estos últimos años.
Las situaciones que
realmente más me llenan como entrenador son dos. Por un lado, me parece
fascinante crear, formar, como atletas y personas, a niños y niñas surgidos de
una escuela de atletismo. Ver crecer a esos peques, verlos madurar y ver como
cada uno desarrolla su personalidad, con sus defectos y aciertos, y verlos
crecer atléticamente es una experiencia altamente recomendable, a pesar de que
muchas veces no todo sale como uno lo tenía planeado. Por desgracia, en la
adolescencia, el índice de abandono de la práctica deportiva es realmente alto
y perdemos muchísimos talentos naturales, lo cual es una verdadera pena. Mi
trabajo es intentar evitarlo y que nuestro deporte llene su juventud con algo
realmente motivante.
Por otro lado, me siento
muy valorado cuando delante me encuentro a un atleta que siento que confía
plenamente en mí y te das cuenta día a día que deposita todas sus esperanzas en
mí como entrenador y como responsable absoluto de su sueño de correr cada vez
más. Sentirme ser escuchado, ver ejecutar las sesiones de la manera que se ha
planteado como equipo, ver la transformación del atleta y su mejora, y sentir
el agradecimiento por el sacrificio realizado y el tiempo invertido, es un
sentimiento de completo éxito y satisfacción personal. Tantas veces me he
sentido realizado por atletas que han conseguido marcas modestas, pero que se
han superado por lo anteriormente descrito…
Si junto el ejemplo
anterior a alguien con verdadero talento, simplemente se llega al éxito. Es la
única manera que entiendo para llegar y me llena tanto como con lo conseguido
por atletas más modestos, con la única salvedad de las experiencias vividas.
Ganar medallas, internacionalidades, viajar, etc…son experiencias que ayudan a
luchar por un sueño con tus atletas y batallitas emocionantes para contar
dentro de unos cuantos años.
Paralelamente a estas dos
sensaciones, también algunas veces he recibido atletas que no habían estado
bien preparados y sufrían una situación de desmotivación importante. Recuperar
a este tipo de atletas, recuperar su confianza y autoestima, explicarles porqué
estaban sumidos en esa situación es una tarea complicada pero supone un reto
personal. Muchas veces este tipo de atletas se autoinculpan por creer que no
tenían la calidad que se les suponía, sin darse cuenta de que realmente era muy
difícil rendir tal como trabajaban. Explicarles la situación y pedirles un voto
de confianza hacia ellos mismos para trabajar duramente una vez más, y que
confíen en tu mensaje, es otra tarea que llena de satisfacción.
Evidentemente que también
hay la otra cara de la moneda. No siempre te encuentras con una actitud
positiva delante. Muchas veces trabajo con atletas que no ponen la
predisposición necesaria para escuchar, para trabajar con sentido común.
Entrenan por inercia y sus resultados van acorde a su organización. Le dan vueltas
a su situación sin comprender que su actitud y su manera de actuar son el
principal factor limitante de su rendimiento. Son los atletas “No se…” , nunca
saben nada ni están dispuestos a reflexionar, únicamente trabajan por inercia
creyendo que es la única condición existente para correr.
También, en la misma
línea, me encuentro a atletas que en diferentes matices no me dejan ejercer al
100% mi función como entrenador. Dicen conocerse mejor que nadie y toman sus
propias decisiones al margen de la opinión técnica. Como no estoy aquí para
pelearme con nadie, sino para disfrutar de nuestro deporte y aprecio a todos
los atletas que entreno y he entrenado, lo tolero explicándoles, eso sí, que no
soy responsables de según que resultados. Generalmente están influenciadas por
otras personas externas al equipo técnico, consultan otras personas sin
avisarme antes y solo después, a veces, me lo comentan. Casi siempre sus casos
están enredados por una mezcla de mis opiniones, sus propias decisiones y la
opinión de gente externa. No puedo ejercer claramente mi responsabilidad como
creo que debería hacerlo, siendo responsable del 100% de las decisiones
técnicas, la única manera factible que veo para salir adelante. Estos son los
casos más claros de todos: están abocados a no conseguir sus objetivos al 99,9%
de los casos.
2 comentarios
Una experiencia que me gustaría poder vivir algun dia...no pierdo la esperanza de un dia disponer del tiempo para hacerme entrenador de atletismo...veo cada día una de burradas a mi alrededor, que me encantaría poder disponer del titulo que me acredite para decir...pero que estas haciendo muchacho!
Mientras tanto, leer a buenos entrenadores me encanta, uno de ellos eres tu sin duda
¡Gracias Damián! Y sin dudarlo, te animo a que te inscribas en los cursos de entrenadores y te impliques con un grupo de chicos a quien formar. A mi, al menos, me llena muchísimo!
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