Esta anécdota real sirve para ilustrar el porqué de la
utilidad, por encima de todo, de la inteligencia en la gestión del
entrenamiento, muy por encima de los ritmos increíbles a los que un atleta
puede trabajar. Anécdota, por otra parte que ha tenido continuación.
Después de más de dos meses de entrenamiento, entre la
semana pasada y este último domingo hemos debutado en competición todos los
atletas de mi grupo, incluido el protagonista de la anécdota. Este atleta se
presentaba ante su primer cros en una forma física envidiable, aunque lo único
que estaba siendo capaz de gestionar y lo único que le preocupaba eran los
ritmos de la resistencia aeróbica y los tiempos de sus series. El resto del
entrenamiento, así como todo lo que lo rodea, lo ha ignorado bastante. Tanto lo
ignora, que ante la prueba que tenía esta semana, se calzó unas pobres
zapatillas de 4 clavos pequeños sin ser capaz de darse cuenta de la situación del
suelo por donde iba a correr. Resultado? Con una gran forma, perdió una gran
cantidad de puestos en la parte final de la prueba por las condiciones del
suelo. Entonces, de que sirvió esa espléndida forma si la inteligencia para
gestionar la carrera y las decisiones que había que adoptar antes de empezar no
aparecieron por ningún lado? Esta es la muestra más fehaciente de entender
realmente QUÉ tiene importancia en la gestión del entrenamiento. Forma física
de 10 para un 6 de rendimiento. Algo no cuadra! Y para rematar esa falta de
cuadratura los malos apoyos derivados de la situación del suelo y de la falta
de aplicar buenas decisiones han acabado con molestias que, de momento, suponen
3 días de descanso absoluto. Hoy hablábamos y me explicaba que no iba a caer en
el mismo error de siempre para estar parado un mes, sin darse cuenta………..de que
ya había caído!
Una vez más se demuestra que batir el record del mundo cada
día entrenando no sirve de mucho si la cabeza no demuestra ser privilegiada
para ser capaz de sacar el mismo rendimiento compitiendo. Y esa es la gran
cuestión! Esta anécdota, puede servir como muestra muy clara de cómo un buen
estado de forma no se traduce en un buen rendimiento por falta de gestión
intelectual, pero muchas más situaciones análogas, o que no lo son tanto a
primera vista pero hablan de la misma falta de capacidad, acaban con la misma
falta de rendimiento competitivo.
Sigo indagando y dispuesto a aprender nuevas fórmulas, escucho con atención nuevas técnicas de entrenamiento, pero cada vez que estoy en ello, mientras aprendo y descubro nuevos sistemas, una parte de mi cabeza piensa de que sirven todas esas cuestiones si lo realmente eficaz es lo más difícil (y a la vez lo más fácil de aplicar) que entiendan los atletas: GESTIÓN Y CAPACIDAD INTELECTUAL para llegar al máximo rendimiento. Sigo en Facebook los comentarios y actualizaciones de varios amigos entrenadores, muchos inciden en lo mismo, principios del entrenamiento (nuestro ABC) , artículos interesantes de donde podemos sacar nuevas ideas para aplicar en nuestros atletas, etc…Pero a pesar de que cada uno tenga su visión técnica, tengo claro que el denominador común a todos nosotros es como conseguir que nuestros deportistas consigan aplicar ese trabajo físico con una gestión de 10, acorde con la calidad del trabajo que pretenden desarrollar para conseguir sus objetivos. Creo firmemente que a la postre es lo que les rompe la cabeza en el día a día cuando trasladan su trabajo del papel o el ordenador a la pista, el gimnasio o el campo.
Sigo indagando y dispuesto a aprender nuevas fórmulas, escucho con atención nuevas técnicas de entrenamiento, pero cada vez que estoy en ello, mientras aprendo y descubro nuevos sistemas, una parte de mi cabeza piensa de que sirven todas esas cuestiones si lo realmente eficaz es lo más difícil (y a la vez lo más fácil de aplicar) que entiendan los atletas: GESTIÓN Y CAPACIDAD INTELECTUAL para llegar al máximo rendimiento. Sigo en Facebook los comentarios y actualizaciones de varios amigos entrenadores, muchos inciden en lo mismo, principios del entrenamiento (nuestro ABC) , artículos interesantes de donde podemos sacar nuevas ideas para aplicar en nuestros atletas, etc…Pero a pesar de que cada uno tenga su visión técnica, tengo claro que el denominador común a todos nosotros es como conseguir que nuestros deportistas consigan aplicar ese trabajo físico con una gestión de 10, acorde con la calidad del trabajo que pretenden desarrollar para conseguir sus objetivos. Creo firmemente que a la postre es lo que les rompe la cabeza en el día a día cuando trasladan su trabajo del papel o el ordenador a la pista, el gimnasio o el campo.
Parafraseando y haciendo el símil con el título de una de
las últimas películas de Robert Redford sobre la crisis actual de valores en la
juventud, puedo asegurar que la gran mayoría de los atletas que entrenan, por
ignorancia, miedos, soberbia, pasotismo u otras muchas variables de conducta, son
LEONES entrenando, convertidos en CORDEROS compitiendo.
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