6.30 de la tarde, 30’ de carrera continua por el borde del mar, entre Vilassar y Premia de Mar, no hay viento, a la izquierda el ruido de las olas, al fondo la silueta oscura de la gran ciudad, encima una franja de un naranja intenso que nos dice que el sol se pone, otra de un celeste que, a capas, se va volviendo mas intenso y mas oscuro, hasta convertirse, encima de mi cabeza, en un cielo estrellado y descubierto, si, soy un privilegiado!!! Voy escuchando música y oyendo mis jadeos al correr, ese paisaje delante mio me motiva mas y mas para tener un ritmo vivo. Indudablemente hay cosas en la vida que valen muchisimo mas que las cosas materiales. Un simple deseo de hacer lo que a uno le gusta, un sentimiento de fundirse con el paisaje, el sentir el cuerpo y ser consciente de encontrarse bien, el tener fuerzas para seguir y seguir, en fin, toda una serie de cosas que hacen que al acabar un simple entreno uno se sienta realmente afortunado de ser persona. Para otros que queden las inversiones en bolsa y los coches deportivos, yo, sin dudarlo, me quedo con mi preciado paisaje y el convencimiento de que, por suerte, hay cosas en la vida que no se pueden pagar con dinero y si, con la sensación de tener gente a tu lado dispuesta a ir en la misma dirección, para sentir la inmensa felicidad de conseguir las metas soñadas.
PD: No pude fotografiar "mi" momento, queda de modo mágico grabado en mi cabeza, os dejo una similar que viví hace algun tiempito.
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