Tengo una frase (bueno, dos ligadas) que siempre digo a mis atletas en diversas
situaciones o cuando me llega alguien nuevo con poca confianza: “si has corrido
en el pasado en ese tiempo, siempre podrás hacerlo por lo menos igual o
mejorarlo. A nadie se le olvida correr, ni nadie se convierte en malo con el
paso del tiempo.”
Esta frase viene al pelo para explicar la experiencia de mis
atletas en el campeonato de España de pista cubierta y de otros atletas en las
últimas semanas.
La verdad es que les estoy haciendo un flaco favor.
Decidimos hacer algunas pruebas de pista cubierta sin prepararla y en esas
condiciones es difícil defenderse ya que les estoy privando de la 5ª y 6ª
marcha, tan necesarias para competir dignamente al final de la prueba que
hagan. Si a eso añadimos algún que otro problema físico, alguno importante,
pues……..SI, los he mandado al paredón de fusilamiento!
Mis atletas han hecho marcas interesantes: 4.28, 4.42 y 2.10
para mis chicas o 1.53, 1.56, 1.59, 3.56 para algunos de mis chicos. Las marcas
personales respectivas de esos atletas son 4.23, 4.27, 2.04 para ellas y 1.49,
48.34, 1.58 y 3.51 para ellos. A ninguno se le ha olvidado correr, es más,
están entrenando como nunca y nuestras expectativas son muy altas para cuando
estemos de verdad preparados. Sin embargo, después de estar trabajando muy duro
todos estos últimos meses, los chicos tienen un pequeño bajón. Han competido
con atletas que si han estado en plena forma y en esas condiciones poco tenían
que hacer. Aparte, en algún caso, tampoco han conseguido sus registros de
temporadas pasadas en situaciones análogas, sin caer que en situaciones como
esta, de no preparar específicamente las competiciones, tiene que haber un
alineamiento especial de planetas para enganchar algún “marcón” como ha
ocurrido otros años.
El flaco favor que les he hecho también hace mella en la
confianza de ellos. A pesar de repetirles una y otra vez en que condiciones
competimos, mis atletas, y los atletas en general, pierden parte del sentido
común cuando sus sensaciones no son buenas compitiendo. Aparte, en esa
situación, desechan la única arma que puede restar un segundito a sus marcas,
la cabeza! Vuelvo a escribir que, para mí, correr, competir, es un ejercicio de
inteligencia, donde la cabeza de cada atleta da las órdenes pertinentes para
rendir de una u otra forma. Saber leer la carrera, saber gestionar el esfuerzo,
saber darse cuenta de la situación de fatiga extrema y las causas y saber dar
un plus de sacrificio y agonía sin abandonarse, son todas decisiones tomadas
por el cerebro mientras competimos. Una vez acabada la competición, saber
valorarla en su justa medida según las condiciones de carrera y de entreno
personal del atleta acabará cuadrando el círculo de cómo aplicar la
inteligencia al esfuerzo.
Este trabajo intelectual es el único que tenemos siempre
disponible en las mismas condiciones. Está ahí para aplicarlo! Nuestra forma
irá variando durante la temporada, pero esa gestión de las decisiones antes,
durante y después de las carreras siempre será la misma, y será nuestra forma
física la que haga mejorar nuestro “crono”. La misma situación se da durante toda la
temporada en las diferentes fases del entrenamiento, aunque la gestión diaria
de él tenga un matiz diferente. En el día a día, para mejorar y progresar la
clave está en darse cuenta del estado en que uno está y adaptar su
entrenamiento y tiempos a ese estado, y comprenderlo y aceptarlo!
A veces, he reprochado a algún atleta lo fácil que es
abandonar una sesión. En todas las ocasiones, esa mala gestión con el entreno
ha tenido un efecto boomerang en el que el atleta, días más tarde, se ha dado
cuenta del error cometido.
Hemos superado esta fase crítica y dentro de un par de meses
empezaremos a competir en igualdad de condiciones. No será hasta abril o mayo cuando
iniciemos nuestras primeras carreras, pero hasta allí, el entrenamiento de
nuestra actitud mental será diario. Ese detalle y un entrenamiento más
específico marcaran el rendimiento que cada uno busque para sí. Como decía, un
simple ejercicio de inteligencia.
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