En estas situaciones, el coco juega una labor importante. Saber aguantar las condiciones, saber valorar la pérdida de "feeling" y gestionar y entender bien esos segundos de más en las que hacemos los trabajos fraccionados marcan la diferencia de un atleta con la cabeza bien puesta de alguien un poco "perdido" y presto a desmotivarse por las condiciones "coyunturales" de entreno.
Por otra parte, la verdad es que llegamos muy enteros al final de este largo ciclo de entrenamientos. No noto síntomas de agotamiento mental en las ya rutinarias sesiones después de tantas semanas de un mismo ciclo. Quizás el hecho de ir variando el volumen semanalmente de todos los trabajos, haga que no sea del todo rutinario y vean con otros ojos las sesiones. Al único trabajo que llegamos "tocados" es al de potencia aeróbica cuando entrenamos sobre distancias de 2000 metros. Mis ochocentistas ya ven la distancia con algo más que recelo! ( hoy les contaba la leyenda que rodeaba al sueco Anders Garderud, recordman mundial de 3000 obst. en la segunda mitad de los 70's, que, incapaz mentalmente de trabajar distancias largas, basaba su preparación con fraccionados de 1000 metros como distancia mas larga entrenada, cosa muy poco usual para un fondista de élite.).
De todas formas, esta es la semana clave. Todos los trabajos van para abajo en cuanto a su porcentaje de volumen. Los chicos lo saben, se motivan y aprovechan para correr más rápido, no hay vuelta atrás y la mente se siente liberada. Los entrenos lo van a notar, sin duda, y espero como todos los años, la demostración de que el trabajo ha sido bien realizado con la confirmación de buenos "cronos" tanto en los últimos coletazos del ciclo, como en las escasas competiciones de invierno que quedan pendientes, un par o tres de campeonatos, el más importante entre ellos, y un meeting internacional este mismo sábado.
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