Llegamos hasta Asun de la mano de Edu Mauri, su anterior médico, un amigo de la familia. Cuando él dejó de ser médico del Espanyol de Barcelona, para aceptar una increíble oferta que le hicieron para marcharse a Qatar, nos dijo que nos ponía en manos de alguien de su máxima confianza y al nivel de lo que necesitaba Mary para progresar. Esa persona era Asun Estruch, jefe de los servicios médicos de la Residencia Blume de Barcelona, y así llegamos hasta ella. Ya estaba de baja hacía meses, pero nada invitaba a pensar que no superaría su enfermedad. Asun era exigente, dinámica, con una fuerte personalidad, pretendía resolver todos los problemas enseguida, pero tenía un cariño especial que trasmitía a sus deportistas. Mary se quedaba muchas veces impresionadas de esa mezcla extraña de fuerte personalidad y cariño que profesaba Asun. Sus visitas eran interminables, le dedicaba a Mary el tiempo que hiciera falta, nunca menos de hora y media, y llegábamos hasta las 2 horas de charla para llevar adelante a la Mary deportista, sin olvidar a la Mary persona. Llamaba por teléfono exigiendo urgencia en la realización de tal o cual prueba, hablaba personalmente con quien hiciera falta para tratar a Mary de cualquier dolencia. En la Blume era más conocida como la atleta de Asun que como la atleta que era. Los médicos le dedicaban tiempo por donde procedía y por amistad de Asun también se convirtió en la niña mimada de otro gran especialista el Dr Ramón Balius, que la atendió una y otra vez en resolver sus problemas de este inicio de temporada.
Unas navidades, Mary quiso tener un detalle con ella y le regaló dos muy buenas botellas de vino. El día que le entregó el regalo, fue el último día que Asun le cobró a Mary una visita. Había traspasado el umbral de simple paciente recomendada, para hacerla SU deportista. Dicen los que la conocían que Asun solamente tenía tiempo, en estos últimos años y meses enferma, para ocuparse de tres pacientes. Junto al Dr Cotorro llevaba al nº 1 mundial, un tal Rafa Nadal, a sus ojitos derechos de las cuales estaba superorgullosa, la selección española de Natación Sincronizada, de la cual era médico del equipo y amiga personal de la seleccionadora Anna Tarrès, y de una joven atleta que luchaba y sigue luchando para hacerse un hueco dentro de la élite, Mari Carmen Gonzalez, nuestra Mary. Quizás fuera exagerado, pero dicen que era así.
La última vez que vimos a Asun, ya apenas tenía fuerzas, no podía ir ni siquiera hasta su consulta, y nos invitó a su piso. Fue la vez que quizás más la vi luchar y rebotarse ante lo que se avecinaba. Hacía un verdadero esfuerzo en resolver unas cosas que notabas que su cabeza ya no tenía ordenadas. Nos fuimos de allí con la certitud de que quizás era la última vez que la veíamos. Quedamos en hacer unas pruebas y enseñárselas nuevamente pero ya no fue posible, no estaba para nadie, estaba ya apagada y fueron los médicos de la Blume quienes se hicieron cargo de todo.
Ramón Balius le advirtió entonces a Mary, Asun se muere, hay poco que hacer.
Me hubiera encantado seguir trabajando y conociendo a esa mujer, me hubiera encantado profundizar más y conseguir más confianza para hacer cosas. Mi deportista se sentía especialmente cómoda con su médico, confiaba en ella y seguía sus consejos.
Hemos perdido una parte de un equipo que consiguió una gran marca.
Cuando lleguemos al final del camino, cuando consigamos lo que nos hemos propuesto con mi deportista, nos acordaremos de ella, una estrella más a la cual agradecer todo cuanto se hizo, se hace y se haga para conseguir un sueño. A Asun Estruch con cariño y verdadero respeto profesional. Hasta siempre!!

3 comentarios
Me transmitía seguridad, cercanía y confianza en mi misma como pocas personas. Guardaré sus consejos en mi memoria. Me hubiera gustado despedirme de ella pero no se dió la oportunidad.
Descansa en paz,
Mary
Mary,
no tuve el gusto de conocer a la doctora. Dicen que alguien no se muere hasta que no se olvidan de él. Recuerdala y asimila su fortaleza y sus ganas de luchar. Creo que será el mejor tributo que le podrás ofrecer.
Mary,
no tuve el gusto de conocer a la doctora. Dicen que alguien no se muere hasta que no se olvidan de él. Recuerdala y asimila su fortaleza y sus ganas de luchar. Creo que será el mejor tributo que le podrás ofrecer.
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