La honestidad es el mejor camino a los sueños.

Me ha costado la de dios volver a escribir mi blog. No quiero dejarlo, cada día lo tengo en mente, pero esta larga temporada está haciendo mella en mi inspiración. Seguramente sea que ya no tenga mucho que decir, quizás porque cada año sienta por estas fechas una sensación de fustración por ver cuanta mierda llega a haber en nuestro deporte. No estoy hecho para situaciones y mundos egoístas, y en este país, sea la disciplina que sea, el que no corre vuela (y nunca mejor utilizada la expresión). Cada temporada hay una fecha en la que me pongo malo. Es el antes y después del meeting de Mataró. Cada año me gano alguna enemistad nueva y no estoy para eso. Soy entrenador, no organizador, y no quiero saber de eso! Quiero que mi gente corra y quiero verlos correr allá donde lo hagan. Ni pretendo tener ninguna clase de poder organizativo ni nada parecido. Solo quiero entrenar y ver a los míos competir. Eso si, no soy idiota a pesar de que algunos me tomen por eso, y si algo tengo claro es que cuando manipulan mis palabras y las airean con maldad, que no cuenten conmigo, se pueden meter su deporte por donde les quepa!

Dicho esto, que lo tenía y tengo dentro, estos días las sensaciones han sido especiales por lo positivas. Hemos vuelto a ganar un campeonato de España sub 23 de 800 metros lisos, y ya van 3 atletas diferentes que lo hacen conmigo en los últimos 4 años! Esta vez, sentía tranquilidad al ir hacia el lugar de la competición. Sabía la increíble forma física en la que iba mi atleta y solo dudaba de su propia capacidad para angustiarse antes de una gran cita. Era a lo único que temía. Por lo demás, tenía claro que los tiempos realizados en las últimas semanas pocas atletas absolutas pueden hacerlos en este país, por lo que veía a mi atleta no más allá de un segundo puesto, aunque cualquier posición, luchada al 100%, incluso fuera del podium,  hubiera sido un premio para mí. Finalmente, a pesar de esos nervios precompeticion que la atenaza, no dejándole descansar lo que debería la noche anterior, el resultado fue brillante, de 10! La verdad es que esta atleta sacrificó toda su temporada para este día. No acudió a ningún campeonato durante la temporada (nacional indoor sub23 y absoluto, autonómico indoor sub 23 y absoluto, autonómico aire libre sub23 y absoluto) para preparar a conciencia tanto sus estudios como su temporada atlética, y al final, la espera valió la pena! Un recuerdo imborrable más para el futuro y un objetivo claro marcado para la temporada que viene! (aunque esto no haya acabado y quede pendiente el último de los objetivos de la temporada).

La otra alegría fue tan especial como esa medalla de oro. La marca no fue importante, la competición tampoco, un simple control. Pero la lucha que ha llevado encima Mohamed Jebari, dos años lesionado, y finalmente operado este enero pasado, para volver a ser un atleta, es de admirar, de lo mejor que me ha pasado en mi carrera de entrenador. Pese a sus dudas y miedos hace meses me empeciné que esta misma temporada se volvería a calzar unos clavos. Ha sido un camino lento de recuperación, con muchos temores por su parte para no sufrir la enésima recaída, pero ya hace meses que tenía claro que todos los problemas habían quedado atrás y que solo había que poner otra vez el cuerpo a punto. Más de una vez, le tuve que regañar para que se diese cuenta de que todos sus problemas se estaban quedando atrás y que podía conseguirlo. Su última carrera databa del 13 de febrero de 2010, cuando batió su record personal en los 3000 metros lisos en la final del campeonato de España de pista cubierta sub23 celebrado en Sevilla con 8’29’’23. Han pasado dos años, 5 meses y 12 días para que 4 minutos, 3 segundos y 50 centésimas en milquinientos me sepan a un verdadero triunfo personal. Lo hemos conseguido! Ahora, ramadán por medio, toca descansar con la seguridad de que, quien de manera honesta pone todo su empeño, acaba consiguiendo sus sueños.