Entramos en pleno período competitivo, estamos a la espera de encontrar la carrera que nos llevará a la marca ansiada o al resultado ansiado. No vas más, todo está sembrado y solo falta afinar esas últimas décimas que nos llevarán a la máxima forma. Ahora hay que suspirar por la carrera perfecta! Es lo difícil, bastante difícil, no solo para mis atletas, sino para los cientos de chicos y chicas que llegan a Julio esperando hacer el cronómetro que tanto esperan, el que justifica todos los sacrificios hechos, y seguramente el que determinará el futuro mas reciente de cómo empezar y que tiempo dedicar y a que objetivos aspirar la próxima temporada. Es una situación algo injusta, entrenar todo el año para realizar competiciones, para que, al fin y al cabo, un cartelito colgado encima de ti marque, al final, cuanto vales en este deporte. Faltan oportunidades para demostrar, muchas veces, lo que valemos, incluso en niveles altos. Es una verdadera pena. Este circo está un poco mal montado! Así nos va!
Suele pasar, encima, que, entrenando generemos expectativas que cuesten cumplir. Todo el mundo entrena bien, todo el mundo espera la gran marca. Pero cuantos son realistas? Y de estos, quienes acabaran realmente satisfechos por las prestaciones que habrán dado al final de la temporada? De los mios, más bien pocos! En cuanto conseguimos una marca queremos más y más, es el sino de este deporte, y a veces, el peligro!! Todos los atletas que entreno creen que valen menos de lo que tienen, y seguramente es verdad. Pero muchos se quedarán con un tiempo superior al que querían. Como poder hacer entender que no se puede acabar una temporada con sensación de fracaso después de mejorar tantos segundos? Difícil cuando se ha estado a punto de tocar el cielo (cada uno su particular cielo) con las manos.
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