"Esto es lo que te gusta hacer, esto es lo que sabes hacer bien, hazlo hasta el límite y estarás satisfecho". Harry Wilson

domingo, 29 de abril de 2012

La diferencia entre algo “bueno” y algo “grande y excepcional”.

Dos semanas de silencio por dos concretas razones, aunque supongo unidas: un problema familiar y la falta de inspiración, han dejado algo olvidado mi blog. Vuelvo siendo todavía recordista de 4x400 metross de mi club. Si, aquel viejo record que debía pasar a mejor vida aún sigue en pie. Quizás no fuéramos tan malos hace años!

En estas dos semanas que han pasado hemos empezado a competir los chicos, y bastante bien por cierto, y las chicas están a punto de empezar este mismo domingo. Hemos recuperado también a nuestros tres lesionados ilustres y si uno de ellos sigue con su preparación de manera absolutamente normal, otro ha empezado a hacer trabajos fraccionados y al tercero le quedan días para hacer lo mismo. Así que parece que ya no tenemos a nadie en la enfermería. Mi ilusión como entrenador sería poder volver a ver a los tres competir. Cada uno con su problema han pasado una dura travesía del desierto y bien merecen volverse a sentir atletas. Sería desde luego un triunfo personal sobre todo de dos personas que lo han pasado francamente mal para volver a correr.

Estas semanas de trabajo oscuro han supuesto la base de los resultados que van a conseguir mis atletas este verano. No hay milagros, tanto hemos puesto con tanta madurez que será en base a esa actitud que empezaremos a recoger frutos dentro de escasamente  un mes o mes y medio. Los tiempos de entreno son buenos, bastante buenos, pero no quita que serán las actitudes entrenadas las que aparecerán en competición. Si estas han sido buenas, el resultado será excelente. Si no hemos tenido una mente privilegiada, desgraciadamente esos vicios se verán reflejados inexorablemente en los resultados, a menos que en el breve espacio de un mes haya un buen cambio de chip.

Me tengo como un entrenador con los pies en el suelo, de los que no vende humo, de los que cuando dice que algo ha salido bien es porque así ha sido realmente y que cuando dice que no se ha entrenado bien es porque no se ha hecho lo bien que se necesitaba para los objetivos planteados. A veces molesta entre algunos de mis atletas mi visión tan realista, pero tengo claro que desde la perspectiva privilegiada en la que observo lo que le pasa a cada uno, tengo una información que ellos no son capaces de ver y que es absolutamente determinante para su rendimiento final.
Es el sino del entrenador, tener la información, poderla manejar, saber gestionarla, y saber que es difícil hacerlo en un deporte individual donde el ego de cada deportista no sabe muy bien a veces situarse correctamente.

Me río de mi mismo cuando paseo por el estadio pensando y hablando solo, teniendo respuestas a cada problema de mis atletas y sabiendo que muchas veces no puedo utilizar esa solución por la falta de visión de muchos de ellos. Eso no significa que no vayan a rendir, pero si a perder una buena oportunidad de algo mejor de lo que esperan para ellos.

Como entrenador con criterio que me siento, me duele y me reboto interiormente, que no sepan ver que la diferencia entre algo “bueno” y algo “grande y excepcional” sea justamente que yo pueda gestionar esta parte de la manera correcta que dictamine mi “autoridad” dentro del equipo. Los atletas que llegan lo hacen porque saben de la oportunidad de ser “excepcional” que tienen y está claro que cogen fuertemente esa oportunidad y la aprovechan día a día por un sueño.

Seguramente sea una lucha titánica de un entrenador de club con un sueño, una ilusión, un proyecto de hace años. Quizás no sea posible desde mi posición actual. Quizás tenga que descubrirlo con algún atleta que lejos de aquí decida adoptar todas aquellas cosas que tanto me cuesta inculcar. Pienso en mí cuando empecé en esto y me imagino: Como hubiera aprovechado mi oportunidad de haber valido y como la hubiera disfrutado con mi entrenador! No pude hacerlo como atleta, no tenía talento. Pero no me rindo como entrenador, es mi sueño de todos los días!



viernes, 13 de abril de 2012

A punto de cerrarse la última puerta.

El atletismo de cada uno, haya hecho la prueba que haya hecho, es una larga carrera de fondo. Yo llegué a él de manera casual, en tres partes. Una primera testimonial, mis padres me apuntaron en el colegio con 10 años y yo me negué, llorando, porque todos mis amigos hacían voley, y me fui para allí. Un segundo intento que duró un mes gracias al padre de un amigo que era profesor en un colegio donde hacían esa actividad. Allí debuté en mi primer cros escolar, en el Serrahima! Y una tercera y definitiva el primer día que conocí a mi primer entrenador y padre de la criatura/entrenador que soy. El primer día que conocí a Florenci, me propuso hacer atletismo después de castigarme con correr toda la hora de su clase de educación física en su primer día de cole trabajando. Era mi “profe” de educación física, era muy joven, era su primer trabajo, y el primer día le tomé el pelo, y me castigó! Bendito castigo! Desde ese día, nunca más he dejado nuestro deporte.

A partir de ahí un largo recorrido de unos 12-13 años corriendo como atleta, hasta que un día ya ejerciendo de entrenador y corriendo un 800 metros con un atleta entrenado por mí, me di cuenta que me importaba mucho más lo que estaba haciendo él que mi propia carrera. Fue mi última carrera y fue en la final del Campeonato de Catalunya absoluto en el Estadi Olímpic. A partir de ese día, ya solo he sido entrenador.

Todos esos años corriendo, estuvieron llenos de vivencias, de carreras que uno siempre recuerda, como el día que descubrí que los 800 metros era mi prueba, al ganar una serie de un control en una vieja pista de Cornellá, haciendo 2’07’’ pero disfrutando como un niño de esas dos vueltas. O como el día que me gané mi sitio en el equipo absoluto de mi club de toda la vida, mi único club, el Centre Atlètic Laietania, para participar en la liga catalana. Era un juvenil que veía esa competición como lo “más”, yo corriendo con seniors! También fue especial el día que bajé por primera vez de 2’, otra vez en Cornellá y otra vez ganando mi serie. A partir de ahí, como siempre pasa que se superan barreras, baje cuantas veces quise………hasta mi 1’53’’2, mi mejor marca personal. Yo que no aguantaba ni 10 metros más allá después de traspasar la línea de meta de las dos vueltas, me encontré que no pude hacer “El ochocientos” de un verano al encontrarse la pista del Serrahima cerrada para acondicionarla para nuestro viejo meeting de siempre, aquél que trajo a Ovett, a Walker y a tantos otros, me ví con la oportunidad de coger el coche y salir pitando a Sant Celoni para llegar a tiempo de otros de mis recuerdos de siempre. Habré corrido unos 7-8 milquinientos en mi vida, pero solo en uno bajé de los 4’. En aquél, el día en que iba a por marca en 800 en Barcelona y acabé dando una última vuelta agónica para acabar en 3’58’’ en una bonita pista en un pueblecito al pie del Montseny.

Por qué toda esta melancolía de batallitas de viejo? Porque en todos estos recuerdos, también hay sitio para uno especial. He vivido tres carreras de relevos 4x400 que siempre recordaré. Mi primer record del club, acompañando a uno de los mejores ochocentistas que ha tenido nuestro club, Manel Clavell, a nuestro actual presidente, Carmelo Comerón y a un gran entrenador de reconocimiento nacional en la prueba de pértiga como Norbert de Haro, mediofondista en su etapa joven y “combinero” en esas fechas en que por primera vez batí un record del club. Mis otros dos recuerdos fueron en mi mejor momento como atleta. Junto a un atleta entrenado por mí Xavier Camps, junto a un gran velocista, Oscar Valdivielso y junto a un gran vallista, Moisés Góngora volví a rebajar esa vieja marca del anterior cuarteto por dos veces, hasta dejarla en unos muy buenos, pienso, 3’20’’07.

Hasta el día de hoy, mantengo mi nombre en el actual record de mi club de 4x400 y de eso ya han pasado unos 25 años desde mi primer record, demasiados!

Como toda puerta que se abre y se acaba cerrando, lo último que me quedaba como atleta aún, está a punto de acabar, y se merece un sentido homenaje por mí. Esta vez es irremediable. Si nada raro ocurre, este domingo, 4 atletas de bastante nivel, 3 de ellos muy por debajo de los 50’’ en 400 metros lisos y uno de 50’’ y pocas décimas, cerrarán la última puerta abierta que aún mantenía como atleta: mi record de 4x400 metros lisos.

Creo que este recuerdo bien merecía por un día, que el atleta protagonista de este blog fuera este humilde entrenador que un día fue corredor.


martes, 10 de abril de 2012

La incertidumbre o la confianza de que todo pinta bien

Es difícil explicar que se siente cuando las sesiones de entrenos van viento en popa. Todo está en su sitio, se mejora semana a semana los tiempos realizados otras temporadas, se hacen cálculos sobre lo que se vale ahora y lo que se puede llegar a hacer. Se empiezan a organizar calendarios en función de esa futura forma esperada, se generan toda una serie de circunstancias que hacen que se junten simultáneamente en el tiempo tanto una sensación de incertidumbre como de confianza.

Incertidumbre de ver con la confianza con que se está trabajando, siempre en la buena dirección y consiguiendo un estado de forma óptimo, pero con el “ay” de lo desconocido que es la caja negra de nuestro cuerpo y como se va a responder fisiológicamente en las próximas semanas, meses…. Incertidumbre de querer avanzar el tiempo, cambiar a un período más específico y convertir esas buenas sensaciones en marcas personales. Incertidumbre de no saber a ciencia cierta de si podremos conseguir las carreras óptimas para realizar el sueño de cada atleta cuando acaba una buena sesión de entreno, como últimamente, y de manera regular está ocurriendo. Incertidumbre para que este estado de forma no se vaya de la manera más estúpida por una lesión aún más estúpida!

A la vez, se genera un estado de confianza y de extrema tranquilidad y sosiego para mí por ir obteniendo el resultado de un trabajo bien realizado por todos, atletas y entrenador. La cosa pinta bien la verdad, se están logrando aquellos objetivos de tiempos de entreno que tenía en mente se podían trabajar. Y en base a ello, hemos diseñado un calendario abierto. Abierto significa que hemos programado ya nuestras competiciones en base a la marca mínima que queremos realizar, pero abierto a buscar otras alternativas si hay una mejora muy grande, cosa que no descartamos, ya que otros años sabemos que por circunstancias varias nos hemos dejado algún segundillo en nuestras marcas. La semana santa, buen momento para aprovechar y trabajar más centrado, ha sido bien exprimida. No tanto en sesiones, nueve para los que más, como en sensaciones y resultado de las sesiones.

Cada uno de los atletas que entreno están dando detalles de “marcón”, algunos demasiados días seguidos, diría que mas que “dar detalles” lo que han hecho es un salto de calidad importante. Da confianza e ilusiona porque, para alguno, un poco más significa ya el salto a la élite, y ese es nuestro objetivo! Estamos como un tiro en el actual período en que nos encontramos y en nada empezamos a competir, una semanita para los que participan en la Lliga catalana. Eso no significa que rompamos el crono de buenas a primeras. Queda aún bastantes semanas, meses, para estar en plena forma, pero nuestra actual buena forma ha de ser aprovechada para competir con alegría y soltura. Quien sabe? El año pasado pudimos sacar petróleo de estas competiciones primerizas que nos dejaron un excelente sabor de boca. Por que desaprovechar la ocasión de sumar motivación para todo lo bueno que nos ha de venir en el futuro más cercano? Para que entrenamos tanto sino?



martes, 3 de abril de 2012

Tiempos de referencia.

Cuando van acercándose el comienzo de las competiciones, esperamos que el entreno nos de las primeras motivaciones para encarar las primeras pruebas. Nos vamos poniendo en forma, el entrenamiento se hace más específico y empiezan a salirnos aquellos tiempos que tanto buscamos y que pensábamos que podíamos valer. Cada atleta tiene sus propias distancias fetiche, sus series preferidas, las que le marcan como puede estar de forma en ese momento.

Yo desde siempre tenía mis referencias que me marcaban cuanto valía en cada momento. Cuando hacia 12 series seguidas de 200 metros en menos de 30’’ todas, estaba preparado para bajar de 2’ en 800. Cuando esas series eran todas en 27’’, ya sabía que estaba en plena forma (tenía 1’53’’2 en 800 metros).  Esas referencias, está claro, eran para mí, completamente individuales y no servían a otros compañeros.

Estamos en esa época en que empiezan a salir esos tiempos de referencia, y de momento van mejorando los de anteriores años. Eso anima y más cuando entiendes que se traduce en una mejora sobre los tiempos con los que conseguiste un tiempo en competición. Aunque en atletismo 2+2 no suman 4, ni vales lo que no tienes, saber que se mejoran tiempos con los que se consiguieron registros como 1’48.9 y 1’49.2 en chicos y 2.04.2 y 2.09.7 en chicas da una motivación  importante para trabajar día a día. También hay sitio para los más modestos, y ver la posibilidad de romper la barrera de los 2’ por un veterano por primera vez en su vida produce mucha ilusión en el trabajo diario. A pesar de esos tiempos, estamos ante un período duro de entrenamiento, el que más quizás, y esa dureza no acaba de permitirnos darnos el lujo de saborear esos tiempos. La carga es bastante importante y la mente está más por la labor de intentar entender como acabará la semana y empezará la siguiente que en valorar esos tiempos, que yo como entrenador si valoro en toda su extensión.  Como muestra un ejemplo: El atleta en cuestión no dio mucha importancia a una sesión de 6x300 R: 6 en 38’’-39’’por el agotamiento con que acabó el entreno.  A los dos días, pude comentar con él esa sesión y darle la importancia que tenía, individualmente y en el conjunto del trabajo.   Lo mismo pasó con una atleta que por segunda vez en su vida acabó la última serie de un interval de 3x4x200 en menos de 28’’. Estaba tan agotada y con la salud al límite, que no valoró que la primera vez lo hizo en un mesociclo más avanzado en el tiempo. Nunca tan pronto había corrido tan rápido!

Es importante para un entrenador ver que sus atletas progresan en sus tiempos de entreno cada temporada. Eso indica que el estímulo es aún válido y  que aún hay camino que recorrer en esa organización del entrenamiento. Mientras eso ocurra, tendrá sentido esta periodización planteada. Cuando ya no haya mejora, será tiempo de buscar otro criterio, dentro de la misma filosofía, para organizar las cargas bajo otro sistema diferente.  Sería un error caer en la tentación de entrenar más por el hecho simple de haber agotado un sistema de organización. Si con X series de 200 ya no mejoraba, tampoco lo haré con 2X series de 200 trabajadas de la misma manera. La clave es saber encontrar otra periodización adecuada para que nuevos estímulos  hagan correr a mis atletas. El arte de entrenar no reside en la tan famosa postura del “….y yo más!” sino al contrario, en algo tan cuidado y minimalista que tenga un amplio recorrido de aplicación para afrontar los retos de seguir mejorando a nuestros atletas por varios años futuros. De momento, seguimos avanzando mejorando. Todo está en su justo punto.


BLOGS INTERESANTES

© Bislett
Maira Gall